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Vendía tortas en el colegio y ahora tiene 15 locales en Lima: Conoce a María Almenara

María Almenara se encarga de supervisar los postres que se venden en su tienda, mientras que su esposo, Carlos Armando de la Flor, se encarga de la administración.
Por Gabriel Naquiche Publicado: Últ. actualización: 13 noviembre, 2023 11:24
5 minutos

María Alejandra Almenara, originaria de Lima, experimentó un cambio significativo en su vida debido al trabajo de su padre. La familia se trasladó al campamento de Negritos, Talara, Piura, donde María Alejandra vivió su infancia y asistió al colegio de Punta Arenas.

Durante esos años, su madre, Julia, estableció una tradición al esperar a María Alejandra después de la escuela para compartir un postre. Un día, inspirada por esta conexión especial, María Alejandra le pidió la receta de una torta de chocolate a su madre y se aventuró a replicarla por sí misma.

Julia recuerda con orgullo cómo María Alejandra, decidida a convertir su habilidad en un negocio, llevó la torta al colegio al día siguiente para venderla. Inicialmente, cada porción se vendía a tan solo S/ 1, generando 24 porciones en total. Con el tiempo, María Alejandra incrementó la producción, llevando dos tortas diariamente y alcanzando ingresos de S/ 48 por día.

«Un día llegó del colegio, comezó a hacer una torta de chocolate que le salió igual a la mía. Al día siguiente, la llevó al colegio (para venderla). Ella se fue al viaje de promoción con su plata porque se había juntado la plata de la venta de todas las tortas», relata Julia.

Cada viernes, Julia acompañaba a su hija al banco, donde María Alejandra depositaba sus ganancias acumuladas durante la semana. Estos ahorros no solo financiaron el viaje de promoción de María Alejandra, sino que también sembraron la primera semilla de su futura empresa.

Retorno a Lima

Después de completar la secundaria, María regresó a su ciudad natal, Lima, con el deseo de estudiar repostería. Sin embargo, en esa época, la idea de dedicarse a la repostería se percibía de manera similar a estudiar arte, según cuenta María. Siguiendo el consejo de su prima, optó por estudiar Publicidad.

María completó su carrera y aseguró unas prácticas en un canal de televisión. Aunque las responsabilidades en ese entonces implicaban tareas sencillas como sacar fotocopias y preparar café, María no se quejaba, ya que la remuneración era buena. No obstante, su estancia en el canal fue breve, apenas un mes y medio, ya que se aburrió y decidió regresar a su pasión por la pastelería.

Aprovechando que sus amigas que trabajaban en agencias de publicidad, María encontró la oportunidad perfecta para vender sus exquisitos postres. Cogía su bicicleta para dirigirse a estas empresas ofreciendo brownies, alfajores y dulcitos calientitos. Lograba ventas consistentes, alcanzando entre 500 a 600 soles diarios.

A pesar de enfrentarse a situaciones en las que sus clientes no cumplían con los pagos, o simplemente no podía localizar a quienes le debían, a María no le preocupaba demasiado. Su enfoque siempre ha estado más en la conexión emocional que en las cifras o el dinero.

María Almenara junto a su esposo Carlos Armando de la Flor.

No fue hasta 2007, cuando su administrador Carlos Armando de la Flor le insistió que alquile un departamento que se había desocupado en el edificio donde ella vivía. Lo adecuaron como si fuese un taller de producción y María compró su primer horno con ese dinero ahorrado que tenía desde el colegio.

Dos años más tarde los contactó Starbucks para que se encarguen de la preparación de muffins y galletas para sus tiendas. Ellos surtían a las sedes en provincia y luego a las de Lima. De hecho, el 98% de su facturación estaba concentrada en la cafetería. Sin embargo, un día llegaron de la municipalidad para clausurar el departamento donde estaba el taller porque sus vecinas se habían quejado.

Resurgir de María Almenara

Esto significó un cambio, pues María tuvo que alquilar una casa del papá de su esposo. Como tenía dinero ahorrado, pudo tener un lugar en Chorrillos y arreglarlo para hacer la producción. Ella relata que con la cafetería que trabajó le enseñaron toda la parte del back, como la calidad y los procesos. Fue su escuela para aprender del negocio.

No fue hasta 2017 donde la pareja de esposos decidieron alquilar un espacio en Av. La Mar 698, Miraflores y abrir su primera tienda. Se demoraron dos años en construir este lugar, ya que aún tenían contrato con la cafetería.

El crecimiento fue asombroso, ya que lograron abrir una segunda tienda al siguiente año. Luego, en 2020 abrieron cinco tiendas más. En la actualidad, cuentan con 15 locales:

  1. En el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.
  2. Av. andrés aramburú 650 – Surquillo.
  3. Av. bolivar 330 – Pueblo Libre.
  4. Av. los frutales 1095 – La Molina.
  5. Centro comercial Megaplaza – Chorrillos.
  6. Av. dos de mayo 1380 – San Isidro.
  7. Centro comercial Megaplaza local 64 y 64a – Independencia.
  8. Av. la marina 325 (altura puente torre tagle) – Pueblo Libre.
  9. Av la encalada 1182 – Surco.
  10. Av. la mar 698 – Miraflores.
  11. Calle 11 477 esquina con av la molina – La Molina
  12. Avenida 28 de julio 1011, cc paso 28 de julio – Miraflores.
  13. Avenida primavera 1120 – Santiago de Surco.
  14. La marina 2530 – San Miguel.
  15. Avenida carlos villarán 500, cc plaza santa catalina – La Victoria.

Sin embargo, la pareja de esposos apuntan a finalizar el 2023 con 20 tiendas en todo Lima y planean extenderse hasta el extranjero.

Productos

María Almenara ofrece una amplia variedad de productos que abarcan categorías como cumpleaños, catering, tortas, minimaria (tortas pequeñas), box regalos, galletas, desayunos, helados y platos salados.

Dentro de su gama de productos, los más accesibles incluyen opciones como el cinnamon roll o una galleta, con un costo de 8 soles. Por otro lado, también presenta opciones más caras, como un completo catering de cumpleaños que puede alcanzar un precio de 219 soles.

Ventas de María Almenara

En el año 2021, María Almenara experimentó un notable crecimiento, experimentando un gran aumento con un total de 568,114 pedidos procesados.

Al siguiente año, la empresa evidenció un incremento del 28% en el número de pedidos, alcanzando la cifra significativa de 729,260. La facturación de este año se multiplicó por siete con respecto a 2019.

Actualmente, la empresa cuenta con una plantilla de más de 400 trabajadores. Asimismo, proyecta alcanzar la impresionante cifra de un millón de ventas o transacciones para el año 2023, representando un incremento diez veces mayor que en 2019.

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