El padre Ugo de Censi fue un sacerdote católico italiano que llegó a la remota comunidad de Chacas en Áncash con la noble misión de brindar ayuda a los más pobres. Sin embargo, su enfoque trascendió el mero asistencialismo. Su verdadera obra radicó en inculcar un espíritu emprendedor en los niños y jóvenes de las regiones más alejadas de Áncash. Esta es su historia.
Los inicios de Ugo de Censi
Ugo de Censi Scarafoni nació el 26 de enero de 1924 en el pueblo de Polaggia, provincia de Sondrio, Italia. Proveniente de una familia humilde, fue el segundo de seis hermanos. A la edad de nueve años, él y su hermano Ferruccio fueron inscritos en un colegio salesiano en una provincia vecina, al otro lado del río Adda. Fue allí donde decidieron convertirse en salesianos.
En 1940, su padre se fue a la Segunda Guerra Mundial y su madre murió. Ugo fue hospitalizado durante varios años en el hospital Santa Corona cerca de Génova debido a la enfermedad de Pott, una forma de tuberculosis extrapulmonar que afecta la columna vertebral. Sin embargo, durante una peregrinación a Lourdes, se dice que sus condiciones mejoraron dramáticamente y completó sus estudios, graduándose en teología y ciencias políticas.
Fue ordenado sacerdote el 8 de marzo de 1952. Una parte muy importante de su vida fue cuando se quedó en la casa salesiana en Arese, donde trabajó durante casi veinte años. En 1965 participó en el XIX capítulo de los salesianos y conoció a Pedro Melesi, quien era el embajador salesiano para América Latina. Melesi le contó a De Censi sobre la difícil situación en la que trabajaba en Poxoreo, Brasil.
En el verano de 1966, De Censi y otros voluntarios fueron a ayudar a Melesi, y al año siguiente construyeron un centro juvenil allí. Debido al éxito de su misión, De Censi estableció la Operazione Mato Grosso (nombrada así por el estado en el que se encuentra Poxoreo). Durante una década, De Censi siguió a sus compañeros voluntarios a través del Océano Atlántico, desde Italia hasta Sudamérica, donde realizaron labores educativas y laborales, centradas en el arte en madera, piedra y la textilería.
Llegada a Perú
En 1976, Ugo de Censi arribó a Perú, estableciéndose en Chacas, un pintoresco pueblo ancashino situado a 3,400 metros sobre el nivel del mar. Al llegar, se percató de que la pobreza y el abandono eran una realidad palpable para la mayoría de sus habitantes.
Movido por un espíritu emprendedor y un corazón lleno de compasión, decidió intervenir para transformar esta situación. Observó que muchos de los residentes se veían obligados a dejar sus tierras natales para migrar a las grandes urbes, en la búsqueda de oportunidades más prometedoras. Su objetivo era cambiar esta realidad y mejorar las condiciones de vida en Chacas.
En 1978, De Censi se asoció con un experto restaurador de Cusco para reparar las obras de arte colonial más deterioradas de la iglesia de Chacas. El artesano le informó que el proceso de restauración demoraría muchos años.
Ante esta situación, en 1979, De Censi fundó la Escuela de Tallado en Madera San Juan Bosco. Esta escuela no era solo un lugar para aprender un oficio, sino también un espacio donde los jóvenes más pobres de la zona podían encontrar un camino hacia un futuro mejor. La escuela se convirtió en un faro de esperanza y una fuente de desarrollo económico para la comunidad.
Formación de emprendedores
A medida que el tiempo avanzaba, De Censi comenzó a notar el extraordinario talento artístico que poseían los niños de la zona. El taller de tallado se convirtió en un rotundo éxito, lo que llevó a la fundación de otros centros en diversas áreas, cada uno ofreciendo distintas especialidades laborales.
Sin embargo, De Censi percibió una vez más los desafíos que enfrentaba Chacas. Los jóvenes continuaban viendo a la capital como la única vía para prosperar. En respuesta a esto, en 1985, Ugo de Censi estableció la cooperativa “Familias de Artesanos Don Bosco”. Esta iniciativa tenía como objetivo ayudar a los jóvenes a trabajar cerca de su tierra natal, evitando así la necesidad de migrar a la ciudad una vez finalizado el taller.
Gracias a esta y otras diversas iniciativas productivas lideradas por el Padre Ugo y su equipo, la población urbana de Chacas, que contaba con 835 habitantes en 1980, se triplicó en el transcurso de veinte años. Además, estas acciones dinamizaron la economía de la provincia, contribuyendo significativamente a la reducción de la pobreza extrema, la desnutrición y el analfabetismo.
Hoy en día, la labor de los Artesanos Don Bosco es muy apreciada tanto en Europa como en Estados Unidos. Los talleres dan cabida a cerca de 200 jóvenes. Además, el Padre Ugo fundó escuelas exclusivas para mujeres, las cuales actualmente acogen a alrededor de 400 niñas.
Legado de Ugo de Censi
El Padre Ugo no se detuvo allí. Creó seminarios, conventos, casas para niños especiales, albergues para ancianos, colegios salesianos, talleres de tejido y tallado, granjas, viveros, refugios de alta montaña, y el Oratorio Don Bosco en los Andes. Todas estas obras abarcaban los territorios más desfavorecidos de la región, y algunos pueblos de Apurímac, Cuzco, Cajamarca y Lima.
Además, se encargó de la reconstrucción del Santuario de Pomallucay, las iglesias de San Luis, Tauca, Yanama, Pallasca, Polloc (Cajamarca) y la catedral de Nuevo Chimbote. Pero uno de sus logros más notables fue la reconstrucción del templo de Chacas y su retablo mayor, así como la construcción del Hospital Mama Ashu.
El Padre Ugo fomentó un fuerte sentido de cooperativismo entre los habitantes de Chacas. Su objetivo era que la población no necesitara emigrar para asegurar su sostenibilidad y se quedaran a vivir en Chacas. El trabajo de los jóvenes artistas de Chacas es ahora apreciado y solicitado en el exterior, especialmente en Italia y Estados Unidos.
Después de 42 años como párroco de Chacas, el Padre Ugo falleció en Lima a los 94 años el 2 de diciembre de 2018. Sus exequias fúnebres se prolongaron por 6 días y fue sepultado a los pies del Retablo Mayor de Chacas, el 8 de diciembre de 2018.