El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó su agenda comercial con el anuncio de nuevos aranceles que empezarán a aplicarse en agosto, salvo que los países afectados cierren acuerdos con su administración.
Entre las medidas más llamativas, se contempla una tasa del 50% sobre productos de Brasil y un gravamen adicional del 10% a India, a la que acusa de amenazar la posición global del dólar por su participación en el bloque BRICS.
Nuevos aranceles de Trump afectan a Brasil, Filipinas e India
Trump confirmó que impondrá aranceles del 30% a productos provenientes de Argelia, Libia, Irak y Sri Lanka, del 25% a Brunei y Moldavia, y del 20% a Filipinas, que exportó más de US$14,100 millones a Estados Unidos el año pasado, principalmente en componentes electrónicos, autopartes y textiles.
Las importaciones conjuntas del resto de países apenas alcanzaron US$15,000 millones, siendo Irak el principal proveedor por su exportación de petróleo.
Aunque en abril se había adelantado que Irak y Sri Lanka pagarían tasas más elevadas, finalmente los porcentajes se redujeron a 30%, mostrando cierto margen de negociación.
Aun así, Trump reiteró que la fecha clave será el 1 de agosto, cuando entrarán en vigor estas medidas si no se alcanza un entendimiento.
Escalada de medidas eleva el precio del cobre y preocupa a mercados
Entre las medidas adicionales, Trump amenazó con imponer un arancel del 50% a productos de cobre, lo que disparó el precio del metal hasta un 17% en un solo día en la Bolsa de Nueva York, marcando un máximo histórico de variación diaria.
También propuso gravámenes de hasta el 200% para productos farmacéuticos importados si las empresas no trasladan su fabricación a Estados Unidos en el próximo año.
Estas propuestas, sumadas a la posibilidad de aranceles unilaterales a la Unión Europea, han incrementado la volatilidad en los mercados financieros y generado inquietud sobre su posible impacto en las cadenas globales de suministro.
Incertidumbre ante la aplicación definitiva
A pesar de las amenazas, Trump admitió que no está “100% firme” sobre la entrada en vigor de los nuevos aranceles, dejando abierta la posibilidad de extender las negociaciones más allá del 1 de agosto. Sin embargo, enfatizó que si no hay acuerdo, “todo el dinero será exigible y pagadero” desde esa fecha.
La falta de claridad sobre la aplicación real de estas medidas mantiene en vilo a empresas, consumidores y gobiernos extranjeros, que observan con cautela cómo estas decisiones podrían frenar el comercio internacional y afectar la recuperación económica global.