Fabiola Chipoco, fundadora de Tita’s Kitchen, ha logrado conquistar el paladar de una ciudad estadounidense con su auténtica comida peruana. Su espíritu emprendedor y su destreza en marketing han sido la clave para establecer no uno, sino seis negocios prósperos que gozan de gran popularidad entre sus clientes. Sin embargo, el camino no fue fácil. Fabiola tuvo que tomar la difícil decisión de abandonar trabajos estables en Perú y comenzar desde cero en Estados Unidos, en una búsqueda constante de oportunidades que le permitieran ser ella misma.
Inicios
La travesía emprendedora de Fabiola Chipoco Rodríguez se inició a la temprana edad de 16 años, cuando decidió estudiar Marketing y Publicidad en el Instituto Peruano de Publicidad (IPP). Durante sus estudios, se desempeñó como contratista independiente en publicidad y marca, sin imaginar que esta experiencia sería la base de su futura empresa.
A lo largo de los años, Fabiola logró obtener empleos de tiempo completo en varias agencias de publicidad, uno de los cuales le brindó la oportunidad de trabajar con la renombrada presentadora de televisión Gisela Valcárcel en el canal 4.
A pesar de tener empleos seguros y bien remunerados, Fabiola se sentía insatisfecha con la rigidez de un horario fijo, la necesidad de solicitar permisos para viajar y la falta de libertad para implementar sus ideas creativas sin requerir la aprobación de terceros.
Movida por este descontento, decidió renunciar a su trabajo y concentrarse en su propia empresa. Con los ahorros que había acumulado, a los 23 años tomó la decisión de mudarse a Miami, Florida, para perseguir una de sus grandes pasiones: el baile.
Desde muy pequeña, Fabiola había mostrado un gran talento para el baile, y en Miami logró ingresar a una escuela de baile dirigida por Susy García. Participó en varios castings, donde fue seleccionada para formar parte de los elencos de artistas reconocidos como Pitbull, Enrique Iglesias, Yandel, entre otros.
A pesar de su amor por el baile, Fabiola se vio obligada a abandonarlo debido a los bajos ingresos que generaba. Se mudó a Portland en el 2017, Oregón y optó por un empleo en una agencia que le ofrecía pago por comisión, y simultáneamente continuó con su propia agencia de marketing, la cual había iniciado en Perú.
En sus tiempos libres, Fabiola se dedicaba a distribuir en las calles de Miami tickets para tours de viajes en la playa. Un día, su madre viajó para visitarla y se sintió profundamente triste al ver a su hija trabajando en la calle, especialmente después de haber tenido empleos de prestigio en Perú.
Recuerdo que cuando mi mamá vino a visitarme se puso a llorar por ver dónde estaba trabajando. Pero yo le dije que confiara en mí, que aquí es mi lugar y que la voy a hacer.
Fabiola Chipoco
Tiempo después, Fabiola invirtió en Bitcoins y con las ganancias obtenidas pudo tomarse una vacaciones para viajar por todo el mundo, donde descubrió que la comida es capaz de unir a personas de diferentes nacionalidades.
En el 2018 viajé por Europa, Asia, regresé a Perú y de todo esto aprendí que la comida, donde sea que estés, te une.
Fabiola Chipoco
Primeros acercamientos al negocio de la comida
En 2019, Fabiola retornó a Oregón con la idea de emprender en el sector gastronómico, aunque sentía que aún no era el momento adecuado. Logró persuadir a su hermana Fabiana para que viajara a Estados Unidos y juntas iniciaran un negocio de limpieza, un sector con alta demanda en el estado. Sin embargo, el negocio no prosperó como habían planeado.
Un día, el destino les sonrió cuando visitaron un food truck de comida peruana en Portland Mercado. El dueño del food truck les mencionó que estaba por dejar el lugar, y Fabiola vio la oportunidad de establecer su propio carrito de comida en ese espacio.
Inspirada por esta nueva idea de negocio, se puso en contacto con Carlo, el propietario de Don Luchos, un reconocido restaurante peruano en Seattle, Washington. Quería hacerle algunas preguntas sobre el sector. Gracias a la generosidad de Carlos, Fabiola pudo aprender y perfeccionar recetas tradicionales peruanas, al mismo tiempo que adquiría conocimientos sobre la industria alimentaria.
Nacimiento de Tita’s Kitchen
Armadas con todo el conocimiento adquirido, las hermanas Chipoco decidieron lanzar su emprendimiento en Portland Mercado, bautizándolo como Tita’s Kitchen. El nombre surgió de un apodo cariñoso para Fabiola, ‘Tita’, que se originó cuando Fabiana, siendo muy pequeña, no podía pronunciar ‘hermanita’ y decía ‘tita’.
La inversión inicial para su food truck ascendió a aproximadamente $20,000, destinados principalmente al equipamiento de la cocina, ya que el carrito ya estaba instalado. Con un alquiler mensual de $1,700, comenzaron a ofrecer una variedad de platos peruanos, incluyendo lomo saltado, pan con chicharrón, papa a la huancaína, tequeños, pollo a la brasa, tamales y empanadas.
El concepto de Tita’s Kitchen se basa en ofrecer una experiencia cálida y hogareña a través de la comida, algo que Fabiola y su familia valoran profundamente. Este enfoque rápidamente resonó con los clientes, convirtiendo a Tita’s Kitchen en su lugar favorito para disfrutar de la auténtica cocina peruana.
Nosotras dos empezábamos el día desde las 6 de la mañana, luego abríamos a las 11 y cerrábamos a las 11 de la noche, pero nos quedábamos en el negocio hasta más tarde.
Fabiola Chipoco
Primeras dificultades
Establecer un negocio de gastronomía peruana en el extranjero es un desafío considerable, algo de lo que las hermanas Chipoco eran plenamente conscientes. Se vieron en la necesidad de realizar una extensa investigación para determinar dónde adquirir los ingredientes de la más alta calidad. Por ejemplo, el ají amarillo y el rocoto tenían que traerlo desde California porque solo allá llega, mientras que la papa amarilla llega a Oregón, pero congelada.
Nosotras no vendemos ceviche porque el limón es difícil de conseguir y con lo que hay no se puede ofrecer un plato de calidad como el peruano.
Fabiola Chipoco
Además, Fabiola menciona que enfrentaron dificultades con el sistema tributario, dado que Estados Unidos es un país conocido por su elevada carga impositiva. Se vieron obligadas a adquirir una sólida formación en esta área para evitar sanciones económicas o incluso el cierre de su negocio.
La contabilidad aquí es totalmente diferente. Por ejemplo, nosotros pagamos impuestos al país y al estado por la vivienda en donde vivimos.
Fabiola Chipoco
Expansión de Tita’s Kitchen y nuevos negocios
El éxito de Tita’s Kitchen en Portland Mercado permitió a Fabiola identificar una oportunidad de negocio en Troutdale, una ciudad situada a pocas horas de Portland. Es así que en abril de 2022 decidieron invertir en su propio food truck en esta localidad, iniciando con una inversión de $70,000 y diseñando el food truck a su gusto.
En ese mismo año, mientras estaban en Troutdale, notaron que en el edificio donde habían instalado su segundo food truck, existía un espacio desocupado. Esto les inspiró la idea de abrir una juguería en ese lugar.
Recuerdo que estaba con mi mamá y le dije que quería un jugo verde, pero no había dónde comprar. Entonces le dije ¿y si ponemos una juguería?, mi mamá aceptó sin dudar».
Fabiola Chipoco
Así fue como surgió Tita’s Juice Bar, su primera juguería. Con una inversión de solo $30,000, aprovecharon un espacio libre en el edificio donde ya tenían un food truck para abrir este nuevo negocio.
Avanzando hacia noviembre de 2022, las hermanas abrieron su tercer food truck en Happy Valley. Esta oportunidad surgió cuando la dueña del edificio probó el sándwich de Tita’s Chicken y les propuso establecerse en Happy Valley.
Continuando con su espíritu emprendedor, en julio decidieron abrir una segunda juguería en Portland. Esta decisión fue el resultado de su constante búsqueda de nuevas oportunidades de negocio.
En septiembre de 2023, se les ocurrió la idea de abrir una tienda de donuts en Troutdale llamada Lil’ Funky Donuts, ya que notaron que no había ninguna en la zona. A pesar de la presencia de cafeterías y tiendas de postres y helados, incluyendo su propia juguería, vieron una oportunidad en el mercado de los donuts. En octubre, abrieron su tienda de mini donuts, un producto que rápidamente se convirtió en el favorito de sus clientes.
Proyectos a futuro
Tita’s Kitchen se enorgullece de contar con un equipo de 30 empleados distribuidos en sus seis establecimientos. De estos, un 90% son de origen latino y el restante 10% son norteamericanos. Es importante destacar que solo en los food trucks, donde se vende la auténtica comida peruana, se emplea a trabajadores latinos. Fabiola tiene planes de expandir su negocio a Texas, pero antes de hacerlo, planea visitar el estado para realizar una investigación de mercado exhaustiva.
Además, Fabiola, a sus 31 años, contempla la posibilidad de franquiciar su negocio. Sin embargo, por el momento, ve esta opción como un desafío debido a su deseo de preservar el auténtico sabor latino de su comida. Para lograr esto, está buscando personas que puedan mantener y transmitir este sentido latino en sus platos.
Fabiola y su hermana Fabiana han demostrado que con la mentalidad correcta y una visión clara, es posible superar los obstáculos y alcanzar el éxito. Han transformado cada desafío en una oportunidad, desde abrir su propio food truck hasta expandir su negocio a diferentes áreas como juguerías y tiendas de donuts.
El consejo que Fabiola daría a otros emprendedores es no tener miedo y no esperar a que todo esté perfecto para abrir un negocio. Este consejo refleja su propia experiencia, donde la valentía y la acción oportuna han sido claves para su éxito.