Las épocas doradas de Petroperú como motor de la economía nacional van quedando cada más vez rezagadas. Nuestra empresa petrolera estatal ha sido ordeñada hasta el borde de la muerte.
Por ello no es gratis que la clasificadora internacional S&P haya rebajado su calificación de “BB” a “B+” como emisor de deuda a largo plazo, y también el perfil de crédito independiente de la compañía de “b-” a “ccc+”.
Se escuchan cantos de sirena relativos a que no sería una mala calificación o que se estaría dentro de niveles internacionales aceptables.
Veamos los ratings de algunas NOC’s (Fuente #FitchRatings en comentarios):
- Ecopetrol: BB+ (emisor de deuda) y bbb (perfil independiente)
- Petrobras: BB (emisor de deuda) y bbb (perfil independiente).
- ENAP: A- (emisor de deuda) y b (perfil independiente)
- Pemex: B+ (emisor de deuda) y ccc- (perfil independiente).
Vemos que la calificación de Petroperú está por debajo de otras NOC de la región como Ecopetrol, Petrobras y ENAP.
La calificación o perfil independiente de las referidas NOC’s materia de comparación dista mucho de la calificación de Petroperú, excepto por PEMEX.
El perfil de nuestra NOC, que tiene desvelos de integración desde hace algún tiempo, es muy parecido al de la “integrada” PEMEX (que pasa también épocas de turbulencia similares).
La que tiene mejor rating es la no integrada ENAP que concentra sus operaciones en el refino.
¿Qué se concluye?
Si bien la rebaja en la calificación de Petroperú es por sí sólo muy preocupante, es igual o más preocupante la forma de presentar esta rebaja en medios. Se colocan como ejemplo un par de temas para cada uno evalúe y saque sus propias conclusiones.
Respecto del funcionamiento de la Nueva Refinería de Talara (NTR): se ha indicado que la situación por la que atraviesa nuestra NOC únicamente podrá superarse cuando la NRT empiece a operar plenamente hasta finales del 2024.
Sin embargo, S&P también señala que la expectativa del EBITDA de USD 450 millones será insuficiente para cubrir las deudas y, en ese contexto, sostiene que no se espera que la contribución de la NRT mejore la estructura de capital ni las métricas de apalancamiento.
Respecto del apoyo estatal (rescates): Se ha indicado que S&P asume la existencia de una probabilidad muy alta de apoyo del Gobierno, afirmación que me parece no está matizada por la afirmación de diversos funcionarios del mismo Gobierno donde han indicado que la prioridad será destinar el presupuesto al FEN.
Eso también es reconocido por S&P cuando indica que “we also believe that the response from government officials suggesting a shift in government priorities may have raised concerns in the financial community”.
Colaboración: Eduardo Ramos Arechaga – Especialista en Energía y Socio de MOAR Abogados .