Emprendimientos

Sinba: Renunció a su trabajo para fundar una empresa de reciclaje que procesa 20 toneladas diarias de residuos

Pipo Reiser es el fundador de Sinba, una empresa de reciclaje que destaca por su compromiso y dedicación hacia la sostenibilidad y el progreso socioambiental en el país.
Por Jordy Acevedo
5 minutos
Sinba pipo reiser

Desde muy pequeño, ‘Pipo’ se preocupó por la basura en Perú. Observó que la problemática ambiental no estaba siendo atendida y, con el paso de los años, fundó Sinba, una empresa de reciclaje con una biofábrica en Villa El Salvador. Hoy en día, Sinba factura más de 5 millones de soles.

Inicios de ‘Pipo’ Reiser

Philip ‘Pipo’ Reiser, de ascendencia suiza y alemana, nació en España, pero a los 10 años se trasladó a Perú. Su padre, peruano y profesor de Sostenibilidad en Arquitectura, le inculcó desde pequeño la importancia de la sostenibilidad ecológica y los graves problemas ambientales del país.

«Él me mostraba cómo nuestro país se está hundiendo», recuerda Pipo. Desde joven, observaba que, salvo su familia, nadie parecía preocuparse por la basura en Perú. «Es como estar en el Titanic, pero pocos se dan cuenta de que se está hundiendo», menciona.

Reiser estudió Negocios Internacionales en Estados Unidos con una beca, buscando una carrera con amplias oportunidades laborales. «Me considero un generalista, interesado en muchas cosas, tener ideas y desarrollarlas», explica. Tras graduarse, trabajó en desarrollo internacional y proyectos de infraestructura y energía. Durante su tiempo libre, leía sobre cambio climático y emprendimiento, siempre manteniendo el deseo de desarrollar algo propio.

Búsqueda de un propósito y nacimiento de Sinba

La búsqueda de un propósito en su vida lo llevó a renunciar a su trabajo el día de su 26º cumpleaños. «Fue el primer día en que me desperté y dije, ok, hoy empieza un nuevo capítulo», comenta. Poco después, encontró un curso sobre liderazgo y emprendimiento frente al cambio climático, organizado por la consultora Libélula, que sería el inicio de Sinba.

Durante el curso, desarrolló el concepto de ladrillos ecológicos llamados “Leco”. Sin embargo, fue su socia Andrea Rivera quien lo introdujo en la gestión de residuos y la economía circular. «Reconocer la problemática desde diferentes ángulos, especialmente el desperdicio de alimentos, me impactó profundamente», afirma Reiser. Descubrió que en Perú cada persona genera 1 kg de residuos sólidos diarios, de los cuales solo se reaprovecha el 2%, mientras que en otros países se reaprovecha el 99%.

En 2016, Sinba se formó con el objetivo de crear un mundo sin basura. Las operaciones comenzaron en 2017 con dos líneas de negocio: servicios integrales de recolección de residuos y venta de productos reciclables. Empezaron con restaurantes, que generan residuos equivalentes a 150 familias. «Nos aseguramos de que tengas los tachos necesarios y separes correctamente los desechos», explica Pipo.

Una de las innovaciones más recientes de Sinba es el uso de inteligencia artificial (IA) para optimizar sus operaciones. La empresa ha implementado cámaras conectadas con IA que reconocen y clasifican objetos, permitiendo una gestión más eficiente y precisa de los residuos. Esta tecnología no solo mejora el procesamiento de materiales, sino que también genera datos valiosos para entender mejor los patrones de residuos y optimizar las operaciones.

Impacto social y ambiental

Sinba tiene dos plantas para procesar residuos orgánicos y reciclables, logrando procesar cerca del 80% de residuos totales. La venta de productos reciclables incluye cartón, papel y vidrio procesados, vendidos a otras fábricas. Los productos orgánicos se convierten en alimento industrial para animales o se venden directamente a granjas.

Pipo Reiser destaca el impacto de su trabajo: «Enseñamos a muchas personas cómo ser parte de la solución y generamos empleo en un sector vulnerable». Sinba emplea a más de 60 trabajadores y colabora con recicladores, generando empleo a largo plazo. «La planta de reciclaje es una oportunidad para generar empleo en este sector», afirma.

Reiser busca profesionalizar el reciclaje en Perú, mejorando las condiciones laborales y el prestigio del oficio. «El reciclador no quiere que su hijo sea reciclador. Hay que reconocer la importancia del reciclaje para la sociedad y el planeta», comenta.

Crecimiento y proyecciones

Desde su fundación, Sinba ha crecido significativamente. En 2023, la empresa logró facturar S/5 millones, duplicando la cantidad de residuos procesados a 20 toneladas diarias. Este crecimiento ha sido posible gracias a una inversión de US$600,000 en su biofábrica en Villa El Salvador, lo que les ha permitido multiplicar su capacidad de procesamiento de residuos orgánicos y mejorar la calidad del alimento balanceado producido.

Actualmente, Sinba cuenta con más de 60 clientes, incluyendo el restaurante Central, un centro comercial con más de 20 locales comerciales y una veintena de locales de Starbucks. A pesar de los desafíos, la visión de economía circular y sostenible de Sinba ha resonado en la industria limeña, y la empresa sigue creciendo con el objetivo de expandir su modelo a otras regiones.

Con planes de expandir sus operaciones y seguir innovando, Sinba se perfila como un modelo a seguir en la gestión sostenible de residuos. La empresa aspira a obtener contrataciones públicas y seguir creciendo en el sector privado, siempre con la visión de crear un mundo sin basura donde nada sobra y nadie sobra. Como dice Reiser, “El día que Sinba no sea más necesario para el mundo, cierro la empresa feliz y me voy a hacer otra cosa, pues ya habremos logrado nuestro objetivo.”