La gestión de residuos en Perú está a punto de dar un salto tecnológico y económico.
Sinba, la empresa peruana de reciclaje que fomenta prácticas sostenibles de gestión de residuos, anunció la implementación del primer piloto de Créditos de Plástico en el país, una iniciativa que busca inyectar valor económico a la recuperación de materiales de difícil reciclaje.
En entrevista con Infomercado, Philip Reiser, gerente general de Sinba, reveló que el piloto será implementado junto a la organización global CleanHub, utilizando tecnología de reconocimiento de imágenes para validar la trazabilidad del plástico recuperado.
«Una vez validado ese plástico recuperado, recibimos un pago por tonelada, lo que ayuda a recuperar más plástico. La idea es generar un incentivo económico para recuperar material que de otra manera hubiera terminado contaminando«, explicó Reiser.
El piloto tendrá una duración inicial de seis meses y sus actores clave son Sinba como gestor, los recicladores de base que proveen el material y, finalmente, los compradores de crédito que financian el sistema. «Esperamos estar generando los créditos antes de fin de año», agregó el ejecutivo, quien participó en Tech for Good: Innovación Sostenible en Acción organizado por Cámara Verde Perú.
La visión integral: De «basura» a «recurso potencial»
Reiser enfatizó que la gestión de residuos debe dejar de verse como un problema y empezar a enfocarse como una gestión de potenciales recursos. «Tenemos 10 millones de toneladas de potenciales recursos que estamos desaprovechando. Se necesita un cambio de chip para aplicar la economía circular y que estos materiales encuentren el mayor valor potencial en su siguiente vida».
Actualmente, Sinba recupera 500 toneladas de residuos al mes, de las cuales el 70% son orgánicos destinados a compostaje, y el 30% son materiales reciclables que se reinsertan en distintas industrias.

Formalizar a los recicladores y expansión de Sinba
Una de las barreras estructurales mencionadas por Reiser es la informalidad que prevalece en la cadena de reciclaje. El ejecutivo instó a un cambio normativo para «nivelar la cancha de juego».
«Se debería eliminar el IGV del material reciclado porque eso incentiva la informalidad y genera una distorsión en el mercado», señaló, subrayando que es injusto esperar que un reciclador trabaje con quien le paga menos.
En cuanto a la expansión de la compañía, que ya opera en Lima y Arequipa, los planes a cinco años son ambiciosos:
- Cusco: Considerada una ciudad emblemática y de alto riesgo turístico si la contaminación persiste.
- Norte del Perú: Priorizando Trujillo, Chiclayo y Piura.
- Selva Amazónica: Donde los desafíos logísticos son mayores debido a la falta de infraestructura y la necesidad de transportar el material a ciudades grandes, pero al cual apuntan.
El rol de la ciudadanía y la crítica a la gestión pública
El ejecutivo de Sinba también hizo un llamado a la ciudadanía a asumir la responsabilidad: «Lo primero es darnos cuenta que son nuestros residuos, es nuestro problema, no es el problema de alguien más«.
Además, sugirió tres acciones clave para un impacto inmediato:
- Reducir los residuos generados.
- Separar los materiales reciclables (lo que ya reduce 30-40% de lo que se bota).
- Implementar la gestión de residuos orgánicos (compostaje).
Finalmente, criticó la gestión de residuos a nivel municipal, calificándola de «negocio sucio«, no por el material, sino por los actos de corrupción y la falta de condiciones para la inversión privada.
«Los contratos municipales de gestión de residuos tienen una duración de entre 2 y 3 años, y eso no anima a que alguien invierta en tecnología. Se necesitan plazos más amplios, bajo un modelo de asociación público-privada para atraer la inversión», concluyó Reiser.