La reciente ronda de despidos dentro de Shell sigue a recortes anteriores en los equipos de negociación y en las áreas de soluciones de bajas emisiones. También se han visto afectados los departamentos de productos químicos y energía eólica marina.
Los recortes de personal en Shell impactarán en el segmento de exploración, así como en la estrategia y la cartera de la empresa. Además, se verán afectados los negocios de desarrollo, subsuelo y pozos, según una fuente cercana al tema.
Las medidas que se están considerando dependen de un acuerdo con los sindicatos que representan a los empleados. Esta situación genera incertidumbre sobre el futuro de los trabajadores en la empresa.
“Shell pretende crear más valor con menos emisiones centrándose en el rendimiento, la disciplina y la simplificación en todo el negocio”, comentó un portavoz de la empresa.
La empresa busca optimizar sus operaciones, pero el proceso requiere la negociación con los grupos laborales. La situación refleja un esfuerzo por adaptarse a las condiciones del mercado actual.
¿Qué consecuencia tendría en los negocios pequeños?
Shell aclaró a EFE que el recorte de personal no impactará toda su división de producción de gas y petróleo. Este ajuste solo afectará a “pequeños negocios” dentro de ese sector y responde a un nuevo diseño organizacional global.
Las reducciones de personal se centrarán en las áreas de “Exploración, Estrategia y Portfolio” y “Desarrollo, Subsuelo y Pozos”. Estas medidas tendrán un mayor impacto en las oficinas de Houston, La Haya y el Reino Unido.
La compañía busca adaptarse a las nuevas exigencias del mercado mediante estos cambios organizativos. Shell implementa esta estrategia a nivel mundial para optimizar su funcionamiento y eficiencia.
“Shell busca crear un valor añadido con menos emisiones, focalizándose en las acciones, la disciplina y la simplificación en el negocio”, afirmó la empresa en un comunicado. La implementación de este plan implicará costes operativos y estructurales de entre 2,000 y 3,000 millones de dólares para finales de 2025.
Para alcanzar sus objetivos de reducción, Shell necesitará “una alta calificación de la cartera, nuevas mejoras y una organización global más ágil”. Estos cambios son fundamentales para mejorar la eficiencia y reducir las emisiones en sus operaciones.
Además, la compañía aseguró que el nuevo organigrama, presentado en junio de 2023, está “sujeto a la consulta y participación de órganos representativos de los trabajadores”. Este proceso se completará una vez que se haya finalizado la consulta con los representantes laborales.
En los últimos meses, la petrolera ha disminuido sus operaciones en proyectos de energías renovables como la eólica marina, fotovoltaica y el hidrógeno. También ha vendido refinerías y parte de su producción de gas y petróleo en países como Nigeria.
A pesar de que las acciones de Shell han aumentado más del 8 % en lo que va del año, la compañía ha bajado sus metas de reducción de carbono para 2030. Este ajuste se debe a mayores expectativas en la demanda de gas y a la incertidumbre sobre la transición ecológica.