Según los Estudios Económicos de Scotiabank, al término del primer trimestre del 2022 el Producto Bruto Interno (PBI) habría experimentado un crecimiento de alrededor de 3.5%, cifra levemente mayor al 3.2% registrado durante el cuarto trimestre del 2021.
Este incremento estaría justificado principalmente por la evolución de la actividad económica en enero (+2.9%) y febrero (+4.9%), ya que en marzo, el PBI se vio perjudicado por conflictos sociales que afectaron a los sectores Minería e Hidrocarburos, y que habrían influido en un menor crecimiento (estimado en alrededor de 3%).
A pesar de que la tasa de expansión mensual fue la más alta de los últimos cinco meses, esto se debió mas a un efecto base positivo que a un repunte de la actividad económica.
Asimismo, el PBI desestacionalizado, el cual mide la variación respecto al mes previo aislando factores estacionales, no registró crecimiento respecto a enero.
Es importante señalar que, el abrupto aumento de la conflictividad social viene impactando negativamente sobre la producción de los sectores primarios, dificultando la aceleración de los sectores relacionados a la demanda interna.
Scotiabank también argumenta que, durante el primer trimestre del año, la expansión del PBI habría sido liderada por los sectores no primarios vinculados a la demanda interna, en particular Comercio y Servicios.
Estos rubros se vieron beneficiados por la eliminación del toque de queda en enero y por el incremento del aforo al 100% en los locales comerciales a fines de febrero. En particular, rubros como Alojamiento y Restaurantes (+92.7%) y Transportes (+15.8%) aportaron 2% al crecimiento del PBI en febrero.
No obstante, la evolución positiva fue contrarrestada por el declive del sector Construcción, que se vio afectado por el retroceso de la inversión pública (-8.2%) durante el primer trimestre del año, debido a que el constante cambio de funcionarios vendría afectando los niveles de ejecución. Además, el ruido político ha agravado el dinamismo de la inversión privada.