¿Cuál es el impacto real de la IA en la industria audiovisual? Ricardo Maldonado es un experimentado director de cine peruano quien compartió algunas ideas sobre el impacto de la IA en el futuro de la industria del marketing y la producción audiovisual; además, de la relación entre la audiencia y las marcas.
Ricardo Maldonado conversó con Infomercado al terminar los dos días del Congreso Nacional de Marketing CAMP 2024, organizado por Seminarium Perú.
¿Cómo afrontar la ola de la IA en la industria?
Hay dos vertientes: los que aman la tecnología y los tecno fóbicos. Yo estoy más cerca del primer grupo. No le tengo miedo pero me preocupa los resultados que estamos viendo en los últimos 15 años en relación al proceso de digitalización. Creo que ha sido un estilo de comunicación enfocado en ventas y no en construir los atributos en brand equity. En la medida que eso pase, las partes se comoditizan. Hablo de esa parte que necesita un toque humano. La solución es una mezcla, conocer las herramientas y usarlas.
¿Alejarnos de los extremos es tu propuesta?
Exacto. Mencionaba el aura mediocritas, el camino del medio, eso una excelente manera de ponerlo. No podemos negar el avance de la tecnología, pero tampoco podemos entregarnos a ella sin razonamiento. Es como tu mencionas: es explorar ese camino intermedio, que tengas las dos vertientes. Al final: la colaboración entre la IA y los humanos es el futuro.
¿La IA pone en riesgo la creatividad?
Quien diga que sabe de IA está mintiendo o es un poco inocente. Por eso invito a imaginar un continuo desarrollo, es decir, imaginar donde inician las conexiones contraintuitivas que ahora no podemos observar. La IA va a generar creatividad, pero es importante que defendamos la creatividad como un valor, como una habilidad blanda que todos cultivamos activamente y que se valore dentro de las estructuras empresariales, donde a veces solo priman los talentos de la parte analítica, de los números. Si hacemos un censo en las mesas directivas podremos observar pocos creativos, cuando la realidad pide más diversidad en la toma de decisiones.
¿Cuál es la actitud de los clientes frente a la IA? ¿Están receptivos, dudosos, escépticos?
Lo que veo es que el 90% de los marketeros están muy entusiasmados con lo que se ve; mientras que un 76% utiliza la IA. Es una decisión tomada. No hay nadie reacio, quizá hay sesgos personales, pero en dos años cambiará mucho.
¿Hay que aprender muchas herramientas de la IA?
No tengo duda que cualquier profesional de lo audiovisual debe acercarse a estas herramientas y explorarlas. Debe verlas como unas herramientas de expresión, tan importante como una cámara o una luz. Hay que verlas sin miedo ni recelo. En paralelo hay que pensar como fortalecemos las habilidades blandas como la creatividad.
Explicaste cuatro etapas de la IA: asistida, potenciadora, colaborativa y competitiva. ¿Sientes temor de esta última?
Temor no, pero soy receloso al tocar ese tema. En la etapa competitiva probablemente la IA estará super avanzada y solamente haciendo una mezcla de bio aumentación podremos competir. A nivel personal, reitero, soy un amante de la tecnología.
¿Podría saturarnos tantas herramientas de IA?
La sobre exposición de mensajes ya lo vivimos. Probablemente lo que veremos es un escenario peor que eso. Hoy, durante un día, podemos recibir 10000 mensajes de diversa índole, y los estudios aseguran que crecerá a 70000, en los próximos dos años. El panorama se volverá complicado. En este escenario se genera la economía de atención y, sobre todo, quien la captura de la emoción. Eso es fundamental.
¿La IA aportará al cine nacional para generar historias distintas?
Creo que la disrupción en el comportamiento de consumo de medios es tan grande que es difícil solo tomar la foto con el cine, porque la gente que consume medios cambia rápido. Creo que algunos directores y productores serán reacios a utilizar la IA, otros tendrán una opinión diferente.
Entonces, a la IA la alejamos de los extremos…
No hay que sesgarse sino formar opiniones basadas en evidencia. No hay motivos para estar asustados y, más bien, hay que involucrarse en la regulación de estas tecnologías. En Estados Unidos está creciendo la regulación y es una señal positiva. Esto depende de nosotros más que de las autoridades. La ética y la responsabilidad social van de la mano.