Un documento interno por parte de la empresa Suiza dejó en evidencia que más del 60% de sus productos más vendidos en la categoría de alimento y bebida, no cumplen con los estándares internacionales de ‘saludables’.
Así lo hizo saber el diario anglosajón, Financial Times, el cual probablemente dejó en evidencia una de las crisis reputacionales más importantes por las que se enfrenta la marca en los últimos tiempos.
Un comunicado de la multinacional hacia sus ejecutivos se filtró a la prensa, donde queda en evidencia lo que esta marca no quiere que sus consumidores se enteren.
Evidentemente, la audiencia no es la misma y esta es una lapidaria verdad que se viene evidenciando desde antes de la pandemia. Los consumidores cada vez son más exigentes con las empresas los valores que transmiten y la calidad de sus productos.
Esta empresa, como muchas otras, ha intentado posicionarse como una marca responsable con la salud de sus compradores y esto podría echar por tierra este planteamiento.
Una referencia a esto son los empaques de sus productos Nesquik, donde cualquier puede leer no solo sobre el origen del cacao con el que se procesa el producto sino, además se atreve a dar pautas de vida saludable, sin duda es un hecho que resulta paradójico.
«Hemos realizado mejoras significativas en nuestros productos, [pero] nuestra cartera aún tiene un desempeño inferior al de las definiciones externas de salud en un panorama donde la presión regulatoria y las demandas de los consumidores se están disparando», puntualizó el documento de Nestlé.
Según la revista Quality Assurance and Food Safety, los millenials traen consigo una tendencia de consumo mucho más selectiva y responsable, mientras que en el caso de baby boomers, que si son más propensos a consumir alimentos procesados igual se preocupan por los ingredientes que estos tienen.
En esta línea, y ante la constante preocupación de los compradores por el proceso que enfrenta la fabricación de los alimentos, Nestlé enfrenta un nuevo reto al tener que encontrar la forma de que sus consumidores no crean que algo se les ocultaba o pero, que su ‘preocupación’ por una tendencia saludable haya sido realmente una mentira.