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Plata y oro alcanzan récords históricos en medio de presión sobre el dólar y compras de bancos centrales

La debilidad del dólar, compras de bancos centrales y tensión geopolítica elevan la demanda de metales preciosos como activos refugio.

Por Jordy Acevedo
3 minutos
oro y plata récord histórico
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El cierre de 2025 ha estado marcado por un repunte sin precedentes en los metales preciosos. La plata superó los 75 dólares por onza, mientras que el oro consolidó máximos históricos por encima de los 4,500 dólares, con cotizaciones intradía cercanas a los 4,520 dólares.

Este comportamiento responde a una combinación de factores estructurales y coyunturales que han reconfigurado el posicionamiento global frente a activos refugio.

Entre los elementos más relevantes figura la debilidad del dólar estadounidense frente a las principales divisas, lo que ha incrementado el atractivo de los metales como reserva de valor. A ello se suma la expectativa de nuevas reducciones en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, en un contexto de inflación persistente y deuda pública global que supera el 100% del PIB agregado.

Compras institucionales y presión monetaria

Durante 2025, los bancos centrales han incrementado sus reservas de oro y plata, consolidando una demanda institucional sostenida. Según reportes de mercado, el oro acumula una subida anual del 72%, mientras que la plata registra un incremento cercano al 170%.

Las entradas de capital en fondos cotizados (ETF) respaldados por metales también han contribuido a la escalada de precios.

Este comportamiento se ha visto amplificado por coberturas especulativas, compras forzadas y una reconfiguración de carteras ante la volatilidad en los mercados bursátiles y de deuda soberana.

En particular, la plata ha dejado de ser considerada un activo marginal para convertirse en un indicador sensible del temor financiero.

Geopolítica y riesgo energético

La prolongación del conflicto entre Rusia y Ucrania, junto con el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, ha generado presión adicional sobre los mercados energéticos y las expectativas inflacionarias.

Las sanciones, bloqueos y amenazas militares han elevado las primas de riesgo en economías emergentes, incentivando la migración hacia activos considerados seguros.

En este entorno, la plata ha ganado protagonismo por su doble naturaleza: como insumo industrial en sectores como energía solar y electrónica, y como activo accesible para inversionistas minoristas.

Su volatilidad, aunque elevada, ha sido gestionada por operadores que buscan cobertura frente a escenarios de incertidumbre.

Riesgos de corrección y señales de fragilidad

La volatilidad intradía en la plata ha superado el 6% en algunas sesiones, con movimientos de hasta 20 dólares en pocos días. Este nivel de fluctuación plantea riesgos de corrección, especialmente si se produce una toma de beneficios coordinada o si la Reserva Federal adopta una postura más agresiva en política monetaria.

Los analistas advierten que parte del mercado está operando con horizontes cortos y expectativas de rentabilidad rápida, lo que podría generar comportamientos tipo burbuja.

En ese escenario, los metales preciosos pasarían de ser refugio a activos de riesgo, con implicancias para la estabilidad de portafolios institucionales y minoristas.