La llegada de la electromovilidad al Perú es inminente. En un mes, los primeros serán la minera Gold Fields y Cruz del Sur para su servicio de transporte a trabajadores. El ahorro calculado es de 60% frente al diésel y 40% si se compara con una unidad que usa gas.
En cambio, en el sector del auto personal, el tema se ve lejano por la falta de sistema de abastecimiento eléctrico.
Primero en las minas
La puerta de entrada de los ómnibus eléctricos al país será el sector minero. Engie empezará su primer piloto en un mes, con el traslado de los empleados del proyecto Cerro Corona de la minera Gold Fields, así lo dio a conocer su CEO en el Perú, Rik De Buyserie.
Cruz del Sur también planea entrar con buses eléctricos a los servicios mineros, para lo cual tiene una alianza con BYD, revela su gerente general, Luis Ramírez.
Quellaveco [proyecto al que abastecerá Engie] tiene “presión de su casa matriz para usar buses eléctricos”, dice De Buyserie. Ejecutivos de Hudbay también inspeccionaban la operación de los buses eléctricos de Engie en Santiago de Chile, para evaluar una posible alianza.
“Implementar buses eléctricosque van del campamento a la mina es más fácil, porque el trayecto es casi siempre el mismo. Además, los vehículos sin emisiones permiten ahorrar en ventilación y molestan menos a las comunidades por las que cruzan”, dice Laurent Furedi, senior VP de customer solutions de Engie Latam.
Corredores eléctricos
Pero la masificación real llegará a través del transporte público. Enel tiene un convenio firmado con Protransporte para ingresar un bus BYD a la ruta del corredor Faucett-La Marina-Javier Prado en Lima en septiembre. Trasladará a 86,000 pasajeros diarios, contó Alejandro Barragán, gerente de Enel X.
El año pasado Roberto Obradovich, country manager de BYD en el Perú, dijo que la empresa estaba preparando la venta de 1,500 buses eléctricos en el país en el corto plazo.
Estas apuestas no serán a ciegas: los buses eléctricos ya probaron su adaptabilidad a las calles limeñas.
La Municipalidad de San Isidro, en convenio con Engie, tiene un bus eléctrico rodando en el distrito.
Cruz del Sur también está probando por su lado: “tenemos un demo en San Borja”, agrega Ramírez. Y el Grupo Express opera un bus eléctrico en la ruta San Martín de Porres-Surco, con prestaciones avanzadas para la ciudad, como pago único en transbordos.
Ahorro comprobado
“Frente a los vehículos a diesel, el ahorro en operación es de 60% y frente a los de gas, de 40%”, destaca Elmer Ramírez, profesor de ingeniería de la energía en la UTEC.
Frente a uno a diesel, además, el bus eléctrico recuperaría el sobrecosto de la unidad —cuyo precio es de US$500,000, el doble que el de uno normal— en ocho años, para una vida útil de doce.
Frente a uno a gas, ese tiempo se extendería. “Pero ya existen cálculos de que en los próximos años la reducción del costo de las baterías [40% del precio del bus] continuará”, dice Ramírez, de UTEC. La clave está en que los buses se usan todo el día, a diferencia de los autos personales. Eso hace que recuperar la inversión ya sea posible.
A ello hay que sumarle los ahorros indirectos. En el 2014, la UTEC realizó un estudio que calculó ahorros anuales de US$37 millones en productividad, salud y combustibles para un escenario de 207 buses eléctricos operando en Lima. Esto significa un ahorro indirecto para la ciudad de US$183,000 por bus. “Usamos coeficientes de entidades como el BCR o la OMS para convertir las horas hombre y la menor contaminación en ahorros de productividad y salud”, explicó entonces Norvic Chicchon, profesor encargado del estudio.
Lo que viene
La experiencia con buses eléctricos en Santiago ha sido exitosa. Con 200 buses —100 de Engie y 100 de Enel—, Chile se ha convertido en el segundo país con más buses eléctricos (después de China, que tiene más de 300,000). Lo será, sin embargo, por poco tiempo: París ha ordenado una flota de 1,000 buses. Medellín ha adquirido 64. Las rutas del transporte público permiten prever los horarios de recarga y, por ende, reducir las estaciones. Eso hace que el costo de implementación sea bajo y los tiempos se aceleren.
Engie —que construyó las estaciones de recarga en Chile— asegura que están listos para traer el modelo a Lima. “Mañana podemos empezar [a construir la infraestructura para buses eléctricos] en Lima”, dice Furedi. Por cada 75 buses, el costo de implementación de la infraestructura de recarga es equivalente a cuatro buses más, es decir, US$2 millones, detalla. Las obras se pueden completar en seis meses. “Estamos en un punto de equilibrio [de igualdad de costos totales] entre tecnología de electromovilidad y disel en transporte público. Un operador va a ir de manera voluntaria a buses eléctricos en su próxima renovación de flota, por un tema económico”, agrega. Furedi.
Las fuentes coinciden en que el principal requerimiento para empezar a masificar los buses eléctricos es que empiece a operar la Autoridad de Transporte Urbano (ATU), que terminaría de implementarse en mayo. Pero también coinciden en que el futuro del transporte público a nivel global es, casi sin excepción, eléctrico.
Vía SemanaEconómica