El Banco Mundial define como clase media a la población con ingresos per cápita diarios ajustados por paridad de poder adquisitivo a precios del 2011 de entre US$ 13 Y US$ 70.
Al término del año 2021, el porcentaje de la población considerada dentro de la clase media fue de 30.6%, registrando así un aumento en comparación al año 2020, en donde el tamaño de la clase media fue de 26.1%.
A pesar de la recuperación mostrada durante el año pasado, esta ha sido insuficiente para retornar a niveles prepandemia (39.2%) y además, la cifra resulta muy parecida a la registrada en el año 2009 (30.9%). Se deduce entonces que, de los 4.2 millones de peruanos que salieron de la clase media en el 2020, solo 1.5 millones lograron reinsertarse.
El resultado anterior es explicado principalmente por la caída de los salarios, que fue mitigada por el acceso extraordinario a fondos como la CTS y AFP. El panorama de la restauración de la clase media no será favorable mientras persista el deterioro de la confianza empresarial, que obstaculiza las condiciones para invertir y generar empleos de calidad.
Precariedad y recuperación lenta
El débil avance de la clase media estaría vinculado a la mayor precariedad del empleo, lo cual se refleja en más empleo informal, que no logró reducirse durante la mayor parte del año pasado.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), al cuarto trimestre del 2021, el número de trabajadores formales fue aún 7% menor frente al nivel del mismo periodo del 2019.
El deterioro en las condiciones laborales de los hogares de clase media se reflejó en menos salarios reales, que en el 2021 llegaron a su nivel más bajo en 12 años.
En línea con lo anterior, se percibió un aumento en la participación de las fuentes extraordinarias de ingresos, como los retiros de las AFP y CTS, los cuales compensaron cerca de tres cuartos de la pérdida de recursos, producto de la caída en los salarios.
No obstante, el uso recurrente del retiro de los fondos es insostenible en el tiempo, pues buena parte de estos ya se han agotado y su desembolso para otros fines eleva la vulnerabilidad de la clase media frente a la potencial pérdida de empleos y en el largo plazo (etapa de jubilación).
Retroceso regional
En 23 de las 25 regiones del Perú, el porcentaje de la clase media en el 2021 fue menor comparado a los niveles prepandemia. Tacna, Lima Metropolitana y Callao, y Arequipa lideran la lista negativa, presentando caídas por encima del 15%.
En contraste, solo Apurímac y Moquegua, las cuales son regiones mineras que en los últimos meses han registrado una alta conflictividad social, son las únicas donde la clase media recuperó sus niveles prepandemia.
Esta dinámica negativa está vinculada con el menoscabo en el mercado laboral. Las regiones donde más se redujo el empleo adecuado (que provee ingresos y horas suficientes de trabajo) también se registró una alta disminución de la clase media en comparación al 2019.
Panorama
De acuerdo con el Instituto Peruano de Economía (IPE), si es que el PBI crece a un ritmo promedio de entre 2% y 2.5%, al Perú le tomaría casi una década recuperar el tamaño de la clase media que se tenía en el 2019.
Incluso, situándonos en un escenario más optimista, en donde se considera la reciente proyección del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el cual pronostica un crecimiento de 3.4% para el periodo 2022-2025, la recuperación se daría en siete años.
Por ello es importante reactivar el principal motor de crecimiento económico, la inversión privada. Esto allanaría el terreno para la generación de empleos de calidad. Sin embargo, mientras no se revierta el clima de incertidumbre que se viene viviendo hace más de un año, la confianza empresarial seguirá a la baja.