El miércoles 07 de diciembre, miembros de la seguridad presidencial y efectivos policiales realizaron la captura del entonces presidente Pedro Castillo, luego de que anunciara un golpe de Estado. El exmandatario se encontraba acompañado de su esposa, Lilia Paredes, y su menor hija, Alondra, cuando se ejecutó la detención.
La Unidad de Investigación de La República tuvo acceso a la conversación que la expareja presidencial mantuvo durante la captura. De acuerdo a las fuentes del medio, cuando la exprimera dama vio a los miembros de la escolta presidencial dispuestos a proceder con la intervención, Lilia Paredes exclamó nerviosa mientras abrazaba a su hija: “¡Pero, qué has hecho, Pedro! ¿Por qué lo has hecho?”.
El exmandatario no respondió a la pregunta y mantuvo la mirada fija hacia el frente. Según las fuentes, Pedro Castillo ni siquiera giró la cabeza para mirar a su familia y guardó silencio.
El expresidente había ordenado a su escolta presidencial, suboficial Irigoín, dirigirlo a la embajada de México, donde tenía pensado pedir asilo político. Sin embargo, el jefe de la División de Seguridad Presidencial, coronel Walter Ramos, al tomar conocimiento de la ruta consultó a su vez al jefe de la Dirección de Seguridad del Estado de la PNP, general Iván Lizzetti, quien finalmente ordena su captura.