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Ozzy Osbourne fallece a los 76 años, con un patrimonio de USD220 millones y un adiós monumental

El ícono del heavy metal murió dejando no solo un legado musical, sino también un imperio de dólares.

Por Nelson Carrillo
3 minutos

Ozzy Osbourne, leyenda del heavy metal y figura clave en la historia del rock, falleció este martes a los 76 años, según confirmó su familia. Reconocido por su estilo provocador y una carrera que abarcó más de cinco décadas, el músico británico no solo marcó un hito artístico, sino que también dejó tras de sí un patrimonio de cientos de millones de dólares.

La fortuna detrás del “Príncipe de las Tinieblas”

Con más de 100 millones de discos vendidos entre su carrera en solitario y su paso por Black Sabbath, Osbourne amasó una fortuna estimada en más de 220 millones de dólares. Sus ingresos provinieron no solo de la música, sino también de acuerdos comerciales, productos licenciados, inversiones inmobiliarias y contratos televisivos.

En las últimas décadas, el artista diversificó sus fuentes de ingreso, consolidando su figura como una marca global. Fue uno de los primeros músicos de rock en aprovechar el formato de reality show con The Osbournes, emitido por MTV, lo que le reportó millones en publicidad, derechos de imagen y patrocinios.

Concierto millonario

Su último concierto, titulado Back to the Beginning, fue un evento de gran magnitud tanto artística como económica. Realizado el 5 de julio de 2025 en el estadio Villa Park de Birmingham, reunió a la formación original de Black Sabbath en un espectáculo único, con entradas agotadas en minutos.

El evento recaudó más de 140 millones de libras esterlinas (alrededor de 200 millones de dólares), convirtiéndose en uno de los conciertos más rentables de la historia del rock británico. La transmisión del show en plataformas digitales y canales de televisión también sumó ingresos millonarios por derechos de emisión.

Carrera rentable, mediática y filántropa

Ozzy Osbourne no solo fue un ícono musical, también supo capitalizar su imagen personal. Su discografía en solitario incluye clásicos como Blizzard of Ozz (1980) y No More Tears (1991), que le aseguraron una base de fans fiel y sostenida. Cada gira fue un éxito comercial, generando ingresos por entradas, merchandising y patrocinios.

Además, participó en múltiples colaboraciones con artistas de renombre y lanzó su propio festival, el Ozzfest, que durante años fue un punto de encuentro para miles de fanáticos del metal y una fuente estable de ingresos. Su figura también estuvo asociada a videojuegos, libros y documentales.

Lejos de retirarse en silencio, Osbourne utilizó su último concierto como un acto de filantropía. La recaudación fue destinada a tres causas benéficas: Cure Parkinson’s Trust, el hospital infantil de Birmingham y Acorns Children’s Hospice, instituciones con las que mantenía vínculos personales desde hace años.