Lima Airport Partners (LAP), la empresa encargada de operar el aeropuerto Jorge Chávez, fue multada con más de S/3 millones por instalar vidrios defectuosos en la nueva torre de control. Esta situación obligó a restringir el uso de la segunda pista de aterrizaje durante las noches y puso en riesgo la seguridad de las operaciones aéreas.
Un error que pone en peligro la seguridad
La multa, impuesta por el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositrán), asciende a 572.84 Unidades Impositivas Tributarias (UIT), es decir, S/3,064,694.
La sanción se basa en el incumplimiento de condiciones técnicas establecidas en el contrato de concesión, específicamente las contenidas en el Anexo 14 del contrato, que exige ciertos estándares mínimos de calidad.
El problema se originó por los vidrios instalados en el fanal de la nueva torre de control, los cuales excedían el límite permitido de reflexión interna.
Este defecto óptico genera imágenes dobles cuando hay poca luz, lo que representa un riesgo serio para el control del tráfico aéreo durante la noche.
Uso limitado y riesgo operativo
Como consecuencia, se restringió el uso de la segunda pista de aterrizaje únicamente a las horas del día, afectando la operatividad continua del aeropuerto. Además, esto significó una nueva infracción al contrato, ya que el operador no garantizó condiciones óptimas para el funcionamiento seguro de las instalaciones, algo que el contrato exige de forma clara.
Un informe técnico de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), solicitado por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, confirmó la gravedad del problema. El documento señaló que los vidrios del fanal “no tienen las características óptimas” necesarias para su uso en torres de control y advirtió que representan un peligro. Por ello, recomendó su reemplazo inmediato.
Medidas tardías y defensa sin sustento
Aunque LAP inició el reemplazo de los vidrios, Ositrán indicó que no completaron estas acciones antes del inicio del proceso sancionador. Por tanto, la empresa no podía quedar libre de responsabilidad. Además, LAP intentó justificar el uso de los vidrios argumentando que cumplían normas europeas. Sin embargo, Ositrán aclaró que esas normas no son válidas dentro del contrato firmado en el Perú.
Una obra clave bajo la lupa
Esta sanción se suma a las críticas que ya enfrenta el proyecto de ampliación del aeropuerto Jorge Chávez, considerado una de las obras de infraestructura más importantes del país.
Ositrán ha sido claro: el concesionario está obligado a garantizar instalaciones seguras, funcionales y de alta calidad. Cualquier incumplimiento, como el registrado en este caso, no solo afecta la confianza pública, sino también pone en riesgo la operación de uno de los principales puntos de entrada y salida del país.