El oro y la plata se consolidan como los activos más demandados del año en los mercados internacionales, impulsados por un contexto de baja confianza monetaria, tensiones geopolíticas persistentes y expectativas de nuevas reducciones en las tasas de interés de Estados Unidos para 2026. Con este entorno, ambos metales cierran el año con los mejores rendimientos desde 1979.
De acuerdo con datos de Bloomberg, el oro superó su máximo histórico previo de 4,381 dólares por onza alcanzado en octubre, y la plata se acercó a los 70 dólares, nivel no visto en más de cuatro décadas.
Bancos centrales y fondos ETF lideran la demanda
Las compras de oro por parte de los bancos centrales y el aumento sostenido de los fondos cotizados respaldados por lingotes han sido los principales factores detrás del alza. Según el Consejo Mundial del Oro, las tenencias de ETF con respaldo físico crecieron todos los meses del año, salvo en mayo.
En las últimas cuatro semanas, las entradas netas se incrementaron nuevamente, lo que confirma el reposicionamiento institucional hacia activos tangibles ante la volatilidad de los bonos soberanos.
El oro acumula una apreciación cercana al 70% en el año, motivada en parte por el denominado “comercio de devaluación”, es decir, la sustitución progresiva de instrumentos de deuda por activos cuyo valor no depende de la moneda fiduciaria.
Expectativas monetarias y escenario político
Los operadores financieros anticipan que la Reserva Federal recortará sus tipos de interés en dos ocasiones durante 2026, mientras que el presidente estadounidense Donald Trump ha reiterado su apoyo a una política monetaria más flexible.
Un entorno de tipos más bajos tiende a favorecer la demanda de metales preciosos, que no generan intereses pero se mantienen como reserva de valor.
En paralelo, la baja inflación y el crecimiento laboral moderado en Estados Unidos durante noviembre contribuyeron a reforzar las expectativas de un ciclo monetario más expansivo, de acuerdo con analistas de Pepperstone Group Ltd.
Tensión geopolítica y ajuste de oferta
La escalada geopolítica también ha incidido directamente en los precios. Estados Unidos endureció el bloqueo energético a Venezuela, mientras que Ucrania atacó por primera vez un petrolero vinculado a la flota paralela rusa en el Mediterráneo.
A esto se suman los roces diplomáticos entre Japón y China, y la publicación de una nueva estrategia de seguridad nacional de la administración estadounidense.
En los mercados metálicos, la demanda física de plata se amplió tras las distorsiones en la cadena de suministro en Asia.
Los futuros en la Bolsa de Shanghái alcanzaron niveles de negociación comparables a los de comienzos del año, mientras el platino y el paladio también marcaron máximos de varios años. El platino superó los 2,000 dólares por onza, su nivel más alto desde 2008, y acumula una ganancia anual de 130%.
Proyecciones para 2026
Entre las entidades financieras que prevén continuidad en la tendencia se encuentra Goldman Sachs Group Inc., que proyecta un rango base de 4,900 dólares la onza para el oro en 2026, con riesgos al alza ante la competencia entre bancos centrales e inversionistas institucionales por un suministro físico limitado.
El estratega Dilin Wu, de Pepperstone, señaló que la combinación de factores estructurales —como la persistente demanda oficial y la diversificación de reservas— con elementos coyunturales, como la política de la Fed y los movimientos de tipos reales, “mantienen el mercado del oro en un ciclo de revalorización sostenida”.