Nvidia reportó ingresos históricos de US$57,000 millones en el tercer trimestre fiscal, impulsando a los mercados tecnológicos y profundizando el debate sobre la sostenibilidad del auge en inteligencia artificial.
Su CEO Jensen Huang aseguró que “no hay una burbuja de IA”, defendiendo que la expansión corresponde a una transformación estructural sostenida sobre innovación computacional, arquitectura y aplicaciones.
El segmento de centros de datos generó US$51,200 millones, con un crecimiento anual del 66%. La utilidad neta alcanzó US$31,910 millones, un salto interanual de 65%.
Huang remarcó tres transiciones tecnológicas convergentes—cómputo acelerado, IA generativa y IA agéntica—que posicionan a Nvidia en el epicentro industrial del ecosistema AI.
Mercado y expansión internacional
Nvidia continúa su despliegue internacional con acuerdos en Corea del Sur, Alemania, Reino Unido y Arabia Saudita, mientras los principales hyperscalers estadounidenses avanzan en migración hacia infraestructuras de IA generativa y agéntica.
La firma invirtió US$4,705 millones en I+D solo en el último trimestre y mantiene reservas por US$500,000 millones en chips hasta 2026. El margen bruto se redujo dos puntos porcentuales, reflejando la presión por procesos industriales más complejos y el ritmo anual de actualización tecnológica.
Impacto geopolítico y gestión de capital
El acceso restringido al mercado chino fue el principal foco de incertidumbre. Aunque Nvidia obtuvo licencias para exportar su chip H20, solo generó US$50 millones en ese país y órdenes considerables nunca se concretaron por la creciente competencia local y limitaciones regulatorias.
La empresa destacó su “decepción” por no poder enviar sus GPUs Blackwell de última generación a China.
Nvidia ha respondido con una robusta política de retorno al accionista: solo en el trimestre destinó US$12,500 millones a recompras de acciones y US$243 millones a dividendos.
La utilidad neta ascendió a US$31,910 millones (+65%), sostenida por un flujo operativo de US$66,530 millones en los primeros nueve meses del año fiscal.