Desde el 27 de octubre, Lima Airport Partners (LAP) aplicará la Tarifa Unificada por Uso de Aeropuerto (TUUA) a los pasajeros en conexión. La medida, que podría generar US$180 millones entre 2025 y 2030, ha generado críticas de aerolíneas, gremios y autoridades por su impacto en los costos y la competitividad del hub limeño.
Un cobro que genera turbulencia
Inaugurado hace pocos meses, el nuevo terminal del Aeropuerto Jorge Chávez enfrenta su primera gran controversia. La TUUA de transferencia, que se comenzará a cobrar a los pasajeros en conexión internacional, asciende a US$12.67 por tramo con IGV, es decir, US$25.34 ida y vuelta.
Para los vuelos domésticos, el cobro entrará en vigor en enero de 2026 con un monto de US$8.01 por tramo (US$16.02 ida y vuelta).
LAP argumenta que esta nueva tarifa busca cubrir costos de operación y servicios de conexión del nuevo terminal. Sin embargo, la medida encendió las alarmas en el sector aéreo y reactivó viejas disputas contractuales entre la concesionaria y el Estado.
Gremios cuestionan la nueva TUUA
Según estimaciones de Ositrán, el cobro generará alrededor de US$180 millones para LAP entre 2025 y 2030. Para Carlos Gutiérrez, presidente de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (Aetai), este ingreso adicional rompe el equilibrio económico-financiero con el que se adjudicó la concesión.
El dirigente recordó que cuando LAP presentó su propuesta técnica original, la tarifa de transferencia no existía y el financiamiento ya se cubría con la TUUA de salida. “Incorporar una tasa adicional superpone ingresos sobre una infraestructura que los pasajeros ya financiaron”, señaló Gutiérrez.
Añadió que en 2013, cuando se autorizó este cobro, tanto el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) como el órgano de control interno de Ositrán recomendaron un rebalanceo tarifario para evitar que los usuarios paguen dos veces. “Si se hace la revisión completa, el valor debería ser cero”, afirmó.
Competitividad regional en riesgo
La nueva tarifa también pone en jaque la competitividad del hub limeño frente a otros aeropuertos de la región. Según Gutiérrez, el sobrecosto podría desviar el tráfico aéreo hacia terminales como Bogotá, Panamá o Ciudad de México, donde no se cobra una tasa por conexión.
“El sobrecosto de más de US$25 por pasajero puede afectar la demanda y poner en riesgo rutas que se sostienen gracias al mix de pasajeros punto a punto y de conexión”, advirtió.
Dudas operativas y riesgo de congestión
Otro punto de preocupación es cómo se aplicará el cobro. Hasta el momento, LAP no ha llegado a un acuerdo con las aerolíneas para incluir la TUUA de transferencia dentro del boleto, como ocurre con la tarifa de salida.
Entre las opciones en evaluación están la instalación de módulos físicos y el uso de una plataforma digital para recaudar directamente.
Para Gutiérrez, este esquema podría afectar los tiempos de conexión y generar congestión en el nuevo terminal, un retroceso frente a los estándares internacionales.
Desafíos en el tráfico doméstico
El reto operativo será aún mayor para los vuelos nacionales. Por el diseño del flujo de pasajeros, actualmente no hay un punto que distinga con claridad a quienes terminan su viaje en Lima de los que continúan hacia otra ciudad.
Intentar cobrar la tarifa de manera presencial, explicó el dirigente de Aetai, sería impracticable y generaría caos en los embarques. Con ello, la polémica por la TUUA recién despega y amenaza con impactar en los precios, la conectividad y la imagen internacional del Jorge Chávez.