Según un análisis de Intea Corp, la minería ilegal incrementó de manera alarmante el uso de gasolina y diésel en regiones vulnerables, provocando consecuencias económicas, ambientales y sociales.
Por su parte, el experto en Energía e Hidrocarburos, Erick García Portugal, señaló que el consumo de combustibles en estas zonas excede de manera considerable lo esperado según el parque automotor existente, lo que evidencia un uso desproporcionado relacionado a actividades ilícitas.
Consecuencias de la minería ilegal
La minería ilegal es una actividad prohibida que se lleva a cabo en áreas protegidas o sin los permisos correspondientes. De acuerdo con el análisis de Intea Corp, esta práctica tiene varios efectos graves:
- Entre el 22% y el 28% de la producción total de oro en el país proviene de la minería ilegal.
- Las ganancias obtenidas de estas actividades podrían cubrir el 70% de las brechas en infraestructura de agua, saneamiento y gas natural en el Perú.
- Del total de mineros registrados, el 80% no cumple con los requisitos mínimos para operar legalmente.
Regiones afectadas por el consumo de gasolina y diésel
Las regiones que presentan los mayores índices de consumo de gasolina y diésel, vinculados a la minería ilegal, son:
- Madre de Dios: 34.96 de gasolina y 441.76 de diésel.
- Loreto: 31.92 de gasolina y 37.61 de diésel.
- Apurímac: 9.37 de gasolina y 160.43 de diésel.
- Amazonas: 20.75 de gasolina y 37.57 de diésel.
Por otro lado, según el especialista, el marco normativo actual creó una distorsión en el mercado, ya que el diésel, uno de los combustibles más utilizados en la minería ilegal, está incluido en el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC), lo que significa que está subsidiado.
Esto provocó que en las zonas de mayor actividad minera ilegal haya más estaciones de servicio de las necesarias para el parque automotor local, lo que facilita la venta ilegal de combustible subsidiado a los mineros ilegales, perjudicando tanto a los peruanos como a los mineros formales.
Propuestas para una mejor regulación
Asimismo, García señaló que los mineros formales compran diésel a precios más altos, y muchos de los que están en proceso de formalización no encuentran incentivos para seguir el camino legal, ya que prefieren adquirir combustible más barato en estaciones que desvían el producto.
Además, el sistema de permisos para la adquisición de combustibles no ha sido adaptado para facilitar la formalización de estas actividades.
Es necesario que el REINFO (Registro Integral de Formalización Minera) y la nueva Ley de Minería contemplen que los mineros en proceso de formalización puedan obtener permisos para adquirir combustibles, incluyendo su inscripción en el Registro de Hidrocarburos de Osinergmin.
El FEPC también debería modificarse para que no solo beneficie a los usuarios del sector vehicular, sino también a las empresas incluidas en el REINFO y en el Registro de Pequeños Mineros y Mineros Artesanales, evitando así una competencia desleal