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Minerales Críticos en el Perú: Abundancia sin Gobernanza

El Perú cuenta con una posición geológica privilegiada como productor de minerales críticos y con alto potencial en tierras raras.

Por Jordy Acevedo
4 minutos
Minerales críticos Héctor Navarro
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En el contexto de la transición energética global, impulsada por la necesidad de combatir el cambio climático, diversos países han adoptado estrategias nacionales para asegurar el acceso, procesamiento e industrialización de minerales críticos, insumos indispensables para el desarrollo de tecnologías limpias, almacenamiento energético, la infraestructura sostenible y la electromovilidad. 

El Perú cuenta con una posición geológica privilegiada como productor de minerales críticos y con alto potencial en tierras raras. De los 17 minerales críticos, nuestro país produce 8, como son el cobre y el hierro. Además, en el sur peruano existen yacimientos de litio y uranio, que podrían abrir una nueva etapa para la minería nacional si se gestionan convenientemente.

Sin embargo, en un contexto donde Chile presentó su Estrategia Nacional del Litio, y México declaró a este mineral como recurso estratégico bajo control estatal, el Perú sigue viendo a sus recursos minerales como meros commodities.

El Perú carece de un enfoque de seguridad de suministro y de gobernanza estratégica, así como de una política pública específica que promueva el desarrollo sostenible y estratégico de minerales críticos, así como su industrialización. Esta falencia limita la posibilidad de que el país se inserte en las nuevas cadenas globales de valor y de alcanzar mayores beneficios económicos, tecnológicos y sociales asociados a estos recursos. 

Por ello, es importante identificar y proponer elementos clave para la formulación de una política pública para la gobernanza de los minerales críticos en el Perú, integrando criterios de sostenibilidad ambiental, competitividad económica y valor agregado, a fin de posicionar al país como un actor relevante en el suministro de la demanda energética global. 

Esta política debería impulsar el desarrollo de un régimen especial para los minerales críticos, que brinde certeza a inversionistas y legitimidad frente a la ciudadanía, contemplando procedimientos simplificados para la obtención de permisos, así como para la promoción de la inversión.

Además del impulso de la exploración de estos minerales, un punto álgido que debe considerar este régimen es una política de desarrollo de plantas y refinerías. Nuestro país exporta la mayor parte de sus minerales como materias primas, pues no cuenta con plantas, refinerías ni fundiciones diseñadas para recuperar subproductos críticos. 

En la misma línea, como contrapartida a la promoción de la inversión y las seguridades mínimas a los inversionistas extranjeros o locales, cualquier política de minerales críticos debe promover la incorporación de estándares ESG desde las etapas más tempranas de los proyectos, integrando mecanismos de trazabilidad y procesos de debida diligencia en derechos humanos, alineados con las mejores prácticas internacionales.

El desafío está en reconocer y gestionar los complejos impactos ambientales y sociales de la minería que, en el Perú, por la débil presencia del Estado y las malas prácticas de algunos actores (muchos de ellos informales), han derivado en conflictos con las comunidades y decantado en economías ilegales. Solo si se enfrentan estos problemas de manera integral, el país podrá consolidar una industria de minerales críticos competitiva, y ambiental y socialmente responsable.

Por otro lado, si bien el INGEMMET ha venido impulsando avances significativos, el país carece aún de un listado oficial de minerales críticos. Resulta indispensable su elaboración, sustentada en criterios objetivos como la relevancia económica, el riesgo de suministro, entre otros. Dicha lista debería ser dinámica, con la posibilidad de actualizarse periódicamente, de manera que refleje la evolución de la demanda global y las prioridades estratégicas del país.

Finalmente, la gobernanza de estos recursos no puede recaer en una sola entidad. Se requiere política nacional y una articulación efectiva entre los distintos actores del sector minero-energético. Por ello, sería recomendable la conformación de una comisión interinstitucional con participación público-privada, que no solo coordine esfuerzos, sino que también diseñe e implemente acciones prioritarias, vinculadas a las necesidades urgentes del sector, como es la lucha contra la minería ilegal.

A puertas de una nueva temporada electoral, no deberíamos perder de vista qué proponen (o si acaso proponen algo) los candidatos presidenciales respecto a la promoción de los minerales críticos. Tal vez, antes de eso, valga preguntarnos si siquiera los tienen en el radar y si comprenden el potencial que tiene el Perú para convertirse en un actor global en la transición energética.

Escrita por: Héctor Navarro, Asociado de Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados