Las autoridades de la provincia de Sullana señalaron que los casos de mendicidad infantil han aumentado en la provincia tras culminada la cuarentena debido a la pandemia del COVID-19.
Preocupante
La subgerente de Responsabilidad Social y jefa de la Defensoría Municipal del Niño y Adolescente (Demuna), Deylú Espinoza, explicó que, desde que se levantó la cuarentena, más niños y adolescentes mendigan en Sullana.
“Se están viendo muchos menores en las calles como la avenida José de Lama, óvalo de Santa Rosa y otras vías principales. Tenemos reportes que los casos han subido”, dijo Espinoza para Correo Piura.
Explicó que no solamente se ven estos casos, sino que también hay muchos padres venezolanos con sus hijos en esta situación.
La funcionaria añadió que la Demuna viene realizando «trabajos y operativos preventivos, con la finalidad de prevenir la explotación laboral infantil”.
Cabe señalar que solo en Sullana han sido reportados un aproximado de 25 niños y adolescentes que mendigan en las calles. Esta cifra se eleva a casi 100 menores, al incluir a Bellavista, Marcavelica, Ignacio Escudero y otros distritos.
Antes del inicio de la pandemia, representantes de la Demuna, Salud y otras instituciones, realizaron operativos en concurridas avenidas y calles, e intervinieron a niños y adolescentes que pedían dinero o vendían productos.
Previamente los menores son monitoreados. Las instituciones averiguan dónde viven, si estudian, cómo viven, quiénes de su familia trabajan y en qué laboran sus padres o familiares.
Municipios
El fiscal de Familia de Sullana, Jorge Gómez Calle, señaló que los menores cuentan con normas de protección en el Código del Niño y el Adolescente y una ley que los protege. Indicó que la mendicidad ha aumentado debido a la llegada de parejas venezolanas.
Añadió para Correo que el gobierno regional y los gobiernos locales «no realizan jornadas para que les brinden una protección especial a los menores».
Mencionó que cuando se trata de menores en un estado de total desprotección, cabe los efectos de sancionar a los padres de familia y rescatar a los menores del seno familiar.
El represente explicó que, en estas situaciones, los padres puedan llegar perder la patria potestad de sus hijos, según lo establecido en el Código Civil.
Aunque explicó que, en algunos casos, hay adolescentes que pueden trabajar con la autorización de los jueces y orientados y regulados a la vez, por las comunas de las ciudades.
“Hoy en día, las municipalidades son las llamadas en asumir el tema de riesgo y desprotección de los menores, según lo establece la Ley Orgánica de Municipalidades”, enfatizó Gómez.
Inmigrantes vulnerables
En la actualidad, numerosas parejas venezolanas se encuentran en las esquinas de la avenida José de Lama con esquina de transversal Lima. También en la intersección de esa concurrida avenida y transversales Tarapacá, Dos de Mayo y el óvalo Turicarami de la urbanización Santa Rosa
“Cuando inició la pandemia, llegué con mi esposa Frangi Mendoza y mis tres hijos de 12 y 6 años. Y una pequeña de 8 meses. Todos tenemos que salir a pedir limosma a la calle para poder juntar 40 a 50 soles diarios para poder comer. A veces no podemos reunirlo y solo comen mis hijos. La situación es dura y más por el coronavirus”, dijo el venezolano Wenber Blanco para Correo Piura.