Marcelo Wong es un artista plástico peruano que comenzó su carrera con un perfil bajo, atendiendo únicamente la demanda del momento. Sin embargo, cuando las cosas empezaron a mejorar, un incendio devastó su taller, destruyendo todo su trabajo de 10 años. A pesar de esto, Marcelo no se detuvo y aprovechó la situación para replantear su enfoque. Gracias a ello, recibió reconocimientos internacionales y tuvo la oportunidad de colaborar con grandes empresas como Disney y Warner Bros.
Inicios
Marcelo Wong quiso dedicar su vida al deporte, pero al momento de escoger una carrera profesional, decidió inclinarse por el arte. Postuló a la carrera de Pintura en la Universidad Católica, donde ingresó en su tercer intento. Una vez allí, se cambió a la carrera de Escultura, una etapa que disfrutó plenamente, aunque sin saber que el ámbito laboral no le sería tan favorable.
«Me gustó bastante la universidad, los cursos. Era feliz porque desconocía de lo que iba a vivir cuando acabara la carrera. Pasé mucho tiempo sin dinero ni contactos, pero al final continué haciendo lo que más me gustaba hacer: arte», comenta.
Primeros desafíos y descubrimientos
A los 22 años, tras terminar la universidad, Marcelo tuvo que buscarse la vida por sí mismo. En esta etapa, abordó el arte como cualquier otro trabajo, explorando distintas maneras de generar ingresos económicos. Inicialmente, consideró participar en galerías de arte, pero pronto se dio cuenta de que las ganancias eran insuficientes debido a las altas comisiones.
«Yo analizaba las galerías y me di cuenta que tenía que dar el 50% de lo que yo vendo. Me pregunté cuántas obras debería vender para poder cubrir mis necesidades y el resultado no era lo que esperaba», comenta en una entrevista con Emprendebroders.
En busca de oportunidades, Marcelo encontró concursos gratuitos en internet, donde empezó a enviar proyectos y ganar premios. Esto le permitió acceder a concursos más importantes relacionados con el arte.
La búsqueda de un estilo propio
Marcelo nunca se consideró un artista en el sentido tradicional, sino más bien un diseñador. Sus primeros trabajos los mostraba con baja autoestima, y cuando alguien expresaba su gusto por sus obras, él las regalaba, encontrando suficiente satisfacción en la validación que recibía.
«Yo regalaba y regalaba mis obras sin saber que de pronto alguna de esas personas iban a poner esa pieza en algún lugar importante de su casa y otra persona lo iba a ver y después alguien iba a preguntar quién lo hizo. Esto funcionó conmigo porque la gente conoció mi trabajo», explica.
Durante la búsqueda de su estilo, Wong creó un personaje representativo de su obra: el famoso «gordito», una mezcla de ser humano y estrella. Le otorgó un atractivo estético, color y personalidad múltiple, haciéndolo cercano y querido por la gente. Los «gorditos» comenzaron a aparecer en casas, restaurantes, centros comerciales y plazas públicas.
Evolución y monetización
Con la llegada de las redes sociales como Hi5 y Facebook, Marcelo comenzó a publicar su trabajo en línea, lo que amplió su visibilidad. Poco a poco, empezó a conseguir clientes en Perú y en el extranjero, trabajando en países como España, Turquía e Irán, donde realizaba esculturas gigantes para plazas.
Sin embargo, Marcelo no sabía calcular el precio de sus obras, ya que no valoraba el tiempo ni el esfuerzo invertidos. Usaba materia prima recolectada de la universidad y madera que su padre dejaba en la azotea, lo que hacía que sus costos fueran bajos y sus precios también.
Todo cambió cuando participó junto a su hermano en el evento CasaCor, una vitrina para grandes galerías. Su hermano le sugirió poner precios mucho más altos a sus esculturas «gorditos», lo que resultó en ventas exitosas y numerosos pedidos.
«Yo pensaba ponerle un precio bien bajito a ‘los gorditos’, pero mi hermano me dijo que los vendiéramos a 80 veces más de lo que yo pensaba. Pero gracias a eso pudimos vender todo y ese día me fui con 15 pedidos», comenta.
Tragedia y resurgimiento
El 24 de diciembre de 2012, un incendio destruyó por completo Lúdico, el estudio de Marcelo ubicado en la avenida La Mar. La tragedia fue devastadora, pero Marcelo decidió aprovechar la oportunidad para reinventarse.
«Nos demoramos tres años en reconstruir todo el trabajo que habíamos perdido y no teníamos tiempo de replantear los proyectos. Recuperarse de algo así no es nada fácil”, dice.
Cinco años después del nacimiento de su segundo hijo Ignacio, la editorial Planeta se reunió con él para evaluar la posibilidad de hacer un trabajo en conjunto y, cuando descubrieron que su libro favorito era El Principito de Saint-Exupéry, no dudaron ni un segundo en pedirle que ilustrara una edición especial. Un proyecto que también coincide con el nacimiento de su primera hija. “El cuento ha aparecido en dos momentos súper importantes para mi familia”, enfatiza.
Por ello, Marcelo decidió abrirse a las licencias de arte, lo que le generó muchas más oportunidades, incluyendo colaboraciones con Disney para los 90 años de Mickey Mouse, DC y con Warner Bros.
«Los de Disney me mandaron un correo para que trabajemos con ellos ya que se acercaban los 90 años de Mickey Mouse. Sin dudar acepté y viajamos a Estados Unidos. Fue como un sueño hecho realidad», recuerda.
Esta experiencia le permitió trabajar estratégicamente y llegar a más empresas. Marcelo también cambió su modelo de negocios, diseñando objetos decorativos que pudieran producirse en masa, mejorando sus márgenes de venta y permitiéndole dedicar más tiempo a su familia.
«Había nacido mi hijo y sentí que debía dedicarle más tiempo a mi familia», comenta.
Proyectos actuales y futuros
Actualmente, Marcelo produce en cantidad objetos de diseño como floreros, tazas, adornos y cerámicas, concentrándose en la parte creativa y dejando la producción a talleres especializados.
En 2019, Marcelo implementó un plan para ofrecer su arte a través de una página web, permitiendo ventas en línea y la producción masiva de sus diseños, lo que le ha permitido equilibrar su vida profesional y personal.
«Estamos con la nueva licencia, y este año estamos entrando con Sanrio, que es Hello Kitty, entonces yo pensé que iba a entregarme a ese mundo por unos buenos años porque la verdad es que la aceptación ha sido increíble y las acciones que hemos tenido de otras licencias y de otros personajes, la verdad es que han sido muchas «, comenta.