Fernando Calmell del Solar, presidente de la Asociación de Emprendedores del Perú (ASEP), comentó que el caos sociopolítico en el país ha sido la causa de grandes afectaciones para las pequeñas y medianas empresas (pymes), peor que lo que se vivió en la pandemia por el covid cuando se paralizó la economía nacional.
Ana María Choquehuanca, la presidenta de la Asociación Pyme Perú, comentó que el sector de la pequeña y mediana empresa ha tenido pérdidas por S/ 670 millones en ventas solo en las regiones del interior del país en enero.
“Debido a la coyuntura política y social, 450 mil micro y pequeñas empresas formales con operaciones en los nueve departamentos del sur del país están siendo afectadas directamente. El costo económico es de S/ 215 millones diarios en las pérdidas que se producen por la destrucción de instituciones y de infraestructura pública y privada”, aseveró.
«El Perú está secuestrado»
Calmell del Solar se refirió a la situación actual del país como un secuestro por las violentas marchas en Lima y en país, la toma de aeropuertos y el bloqueo de carreteras, lo cual tiene negativas repercusiones en industrias como el turismo, la agricultura y la agroexportación.
«No es posible generar valor agregado a nuestras materias primas si tenemos destrozos a la propiedad pública y privada», comenta el titular de la ASEP, refiriéndose a la destrucción y quema de locales del Poder Judicial, el Ministerio Público, comisarías y los atentados en contra de las ambulancias.
Además, Choquehuanca indicó que, en Cusco, Puno y Arequipa —en donde la situación es crítica— se han afectado 4.500 establecimientos y 2.900 agencias de viaje pertenecientes a mypes del sector turismo.
La violencia afecta más que el virus
La paralización de Gamarra, el emporio textil y de confecciones más importante del Perú, por protestas hace que cerca de 20.000 mypes se encuentren imposibilitadas de concretar sus ventas por la falta de transporte interprovincial ante el bloqueo de carreteras.
Además, el presidente de la ASEP, comentó que «en el caso del turismo, los niveles de destrucción de la economía son peores a los ocurridos en la pandemia de la covid-19, solo que allí fue un virus y aquí son actos violentos de toma de carreteras y aeropuertos que afectan directamente al poblador de sureño».
También Apurímac se ve afectado, ya que —a pesar de no haber gran industria turística— la minería es un motor importante que está siendo detenido y un ejemplo de ello es también lo que ocurre en Antapaccay, Cusco.
Fernando Calmell se pronunció, finalmente, con respecto al rol de la Policía Nacional del Perú (PNP): «Los oficiales están haciendo un trabajo de resguardo de la ciudadanía, bajo el estricto respeto de los derechos humanos. Si ha habido algún acto de exceso, para ello está el Ministerio Público, pero en este momento no podemos dejar de respaldar la institucionalidad policial».