En Perú, las bodegas son una importante fuente de ingresos y sustento para muchas mujeres cabeza de familia, madres solteras y emprendedoras. Un estudio realizado por el Proyecto Bodega Digital, en colaboración con la empresa Aprenda y el BID Lab, reveló algunos hallazgos sobre la digitalización de las bodegas peruanas.
El estudio se enfocó en las bodegas de Lima y Callao y encontró que el 66,73% de estas empresas son lideradas por mujeres. Además, más del 55% de las bodegueras tienen de 1 a 2 hijos y la bodega es su principal fuente de ingreso familiar en un 76,99%.
El estudio también mostró que las bodegas tienen un mayor acceso a internet y herramientas tecnológicas. El 50% de las bodegas emplea un teléfono móvil, cuenta con un smartphone y acceso a internet, mientras que el 7,2% utiliza equipos POS para las transacciones comerciales con tarjetas de débito y/o crédito.
Además, debido al contexto del COVID-19 y las necesidades de los consumidores, 10 de cada 12 bodegas han mostrado interés en digitalizar sus negocios para ofrecer un mejor servicio, mejorar el negocio y tener una ventaja competitiva frente a la competencia.
Las bodegueras también buscan capacitación y digitalización para mejorar sus negocios. El estudio reveló que 8 de 12 bodegas mencionan que requieren capacitaciones para utilizar herramientas digitales en sus negocios y el 77.67% de las bodegueras peruanas señalan que la digitalización tiene un impacto positivo en sus negocios.
Las herramientas digitales más utilizadas son Yape, WhatsApp Business y Grou (ahora Wally Free). Los graduados del proyecto mostraron que los bodegueros de la zona Lima Norte lideran la adopción y uso de Yape, mientras que la zona de Lima Centro lidera la adopción y uso de WhatsApp Business. Por otro lado, Lima Norte es la zona con el mayor porcentaje de adopción y uso de Grou.
El proyecto “Bodega Digital” trabajó con 1506 bodegueros, de los cuales más de 1000 fueron mujeres. El objetivo del proyecto fue fortalecer las competencias empresariales y digitales de bodegueros de Lima y Callao, cuyos negocios han sido afectados económicamente por la coyuntura de la COVID-19.