La digitalización y la adopción de nuevas tecnologías impulsan el desarrollo social de Latinoamérica al mejorar la eficiencia y la competitividad económica. Según el Informe de la Sociedad Digital en América Latina 2023, el cierre de la brecha de digitalización entre la región y el promedio de los países de la OCDE hacia 2030 permitiría la generación de más de 400,000 empleos y un crecimiento anual del 3%.
En la actualidad, la proliferación de la industria de juegos de sudamérica, junto con el auge de las Fintech (tecnologías financieras) y la movilidad compartida, evidencian una notable transformación en el ámbito económico y tecnológico. Esto podría hacer realidad la mencionada meta.
Sin embargo, este desarrollo conlleva al aumento de actividades criminales, como el fraude financiero y el robo de identidad, lo que destaca la demanda de soluciones digitales especializadas.
El fraude financiero y sus consecuencias
El fraude financiero representa un desafío significativo para minoristas y entidades financieras en Latinoamérica. Según un estudio publicado en 2021, una de cada cinco transacciones de comercio electrónico en la región es fraudulenta, lo que resulta en un costo promedio de 3,68 veces el valor de la transacción perdida. Después del Sudeste Asiático, Latinoamérica registra el mayor índice de ingresos globales perdidos por fraude, alcanzando el 20%.
En Perú, el fraude financiero está vinculado al fraude de identidad, el cual es uno de los delitos más comunes en el ciberespacio. Para las víctimas, este tipo de situaciones no solo conlleva inestabilidad económica, sino también problemas en el ámbito legal.
La gran cantidad de habitantes en la región, junto con el notable aumento de nuevos canales digitales y la falta de cultura en medidas de prevención de fraude, hacen que los latinoamericanos sean especialmente vulnerables.
La tecnología como herramienta clave para prevenir el fraude
El surgimiento de la tecnología y el sector Fintech ha proporcionado un amplio abanico de soluciones para abordar este problema. Comerciantes y entidades financieras en la región han adoptado un enfoque de soluciones multicapa, integrando operaciones de ciberseguridad, experiencia digital del cliente y estrategias antifraude.
Muchas empresas, desde pequeñas tiendas en línea hasta grandes instituciones financieras, han recurrido a proveedores internacionales en busca de soluciones antifraude efectivas. En este escenario, la biometría y las tecnologías de autenticación avanzadas han surgido como soluciones rentables para reforzar la seguridad y prevenir el robo de identidad en la región.
Tecnologías como la biometría, la autenticación y la inteligencia artificial no solo están en auge, sino que se están implementando para crear sistemas antifraude más robustos. Estas innovaciones reducen los costos asociados al fraude y mitigan los riesgos, ofreciendo una capa adicional de protección tanto a comerciantes como a consumidores.
En cuanto a los beneficios de las soluciones de verificación digital
Las plataformas de verificación de identidad pueden ser altamente beneficiosas para varios sectores, incluyendo Fintech, banca tradicional, movilidad, criptomonedas, viajes y juegos. En la industria bancaria tradicional, por ejemplo, estas herramientas digitales protegen a las empresas y agilizan las operaciones con soluciones de KYC (Conoce a tu cliente) y AML (Prevención del Lavado de Dinero), que abarcan: verificaciones de cumplimiento, prevención de fraudes, firma electrónica y procesamiento de pagos.
Cuando se trata de industrias como las apuestas y los juegos en línea, las plataformas de verificación de identidad pueden facilitar la incorporación de nuevos usuarios mediante la verificación de la edad, comprobación de documentos y datos de agencias de referencia crediticia. En estos casos, también permiten una mejor gestión de retiradas e ingresos.
En conclusión
Las soluciones digitales pueden impulsar el crecimiento y la inclusión en Latinoamérica. Asimismo, las plataformas de verificación de identidad son esenciales para combatir el fraude financiero, el cual está aumentando exponencialmente gracias al desarrollo tecnológico en la región.