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“La salud mental debe ser una prioridad en la industria minera, ya que los riesgos son mayores”

¿Cuál es el escenario de la salud mental en los trabajadores mineros? ¿Cómo lo debería abordar la empresa? Conversamos al respecto con Renzo Muente, de Volcan.
Por Carlos Chunga
4 minutos

La minería, una actividad económica crucial en el Perú, es también uno de los escenarios más sensibles para la salud mental de los trabajadores, sobre todo para quienes desarrollan labores operativas.

Aunque, en general, el 15% de las personas adultas en edad de trabajar registra problemas de bienestar mental o psicológico, según estimaciones al 2019 de la Organización Mundial de la Salud, las cifras son mayores en el caso de la minería, dados los riesgos propios del sector.

Una investigación publicada en 2015 reveló una prevalencia de cuadros de angustia en el 29% de trabajadores mineros formales. La prevalencia tiende a ser mayor si el trabajo se realiza en un área subterránea del ande peruano.

Infomercado conversó sobre el tema con Renzo Muente, gerente corporativo de Gestión Humana de Minera Volcan, quien participó en el 21° Congreso de Gestión de Personas, realizado en Lima.

¿Cómo valora la relación entre salud mental y minería?

El bienestar mental tiene una consecuencia directa en el trabajo, no solo porque afecta considerablemente la productividad, sino porque también afecta la salud. El estrés y la ansiedad contribuyen a que se genere una serie de enfermedades, desde las más simples hasta las más complejas. Y el sector minero tiene riesgos particulares.

¿Cuál es el escenario actual de la salud mental en los trabajadores mineros?

Según la OMS, la Covid-19 provocó un aumento del 25% en la ansiedad y la depresión en todo el mundo. En el caso del sector minero, no se tiene una precisión sobre esta cifra, pero la pandemia sin duda aumentó el porcentaje de ansiedad y estrés en los trabajadores en general. No solamente por el temor y la incertidumbre que generó la enfermedad, sino también porque la gente es más consciente de lo vulnerables que somos.

Sobre todo, quienes trabajan como operadores mineros.

En una operación minera, los niveles de ansiedad y estrés son más altos. En otros sectores se puede trabajar desde casa, pero en minería no. Al estar dentro de una operación minera, a pesar de que se implementara una serie de medidas para mitigar el riesgo, los niveles de ansiedad pueden incrementarse.

¿Cómo debería abordar esto la empresa?

Todas las empresas tienen un reto importante de poner el tema del bienestar como un foco de gestión. Cada una de las industrias tiene sus propios desafíos. La minería tiene desafíos particulares que pueden hacer que el escenario sea un poco más complejo.

¿Pero cuál debería ser su enfoque?

Para la industria minera es fundamental que los trabajadores estén 100% concentrados en sus labores. Es un trabajo de alto riesgo, con lo cual es importante que el trabajador tenga 100% la capacidad de estar conectado con la actividad que esté realizando.

¿Y cómo lograrlo?

Hay que trabajar mucho en salud mental, en la industria minera debe ser una prioridad, ya que los riesgos son mayores. Si un trabajador está distraído, con depresión o viviendo un momento de ansiedad, eso puede llevarlo a distraerse de la tarea y cometer errores. Y en una industria de alto riesgo, eso puede significar un accidente.

¿Cuál diría que es lo más importante en la relación salud mental-minería?

La comunicación. Nosotros tenemos un equipo de psicólogos que están día a día prestos a atender las necesidades de los trabajadores. Si un trabajador siente que vive un momento de estrés, tensión, presión o ansiedad, puede recurrir a este equipo de expertos para poder conversar. La comunicación es fundamental: tener programas, herramientas o mecanismos que nos permitan escuchar al trabajador.

¿Y es posible cuantificar los resultados?

Hay muchos KPI (indicadores de rendimiento) para poder medir los resultados. Algunos son más directos que otros, pero claramente lo que no se mide, no se puede controlar, y, por tanto, no se puede mejorar. Si se quiere seguir mejorando en temas de salud mental, hay que medir los resultados.