Durante el 24° Congreso Anual de Marketing del Perú (CAMP). Se presentó el estudio “Entendiendo a nuestro mayor competidor”, los reconocidos especialistas Rolando Arellano y Hugo Ante expusieron la creciente importancia del comercio informal en el mercado peruano y la necesidad que urgente de comprender su dinámica para competir de manera efectiva.
Estrategia urgente: ¿Cómo entender el comercio informal?
El 70 % y el 90 % de la economía peruana se mueve en la informalidad, según datos de entidades oficiales como el Ministerio de la Producción (Produce), la SUNAT y el Ministerio de Trabajo (Mintra).
Esta cifra no solo refleja una realidad estructural, sino que redefine la forma en que el sector formal debe entender a su entorno competitivo.
«La fortaleza del comercio informal no radica únicamente en el incumplimiento de normas, sino en la capacidad de la alta eficiencia operativa y gran adaptación al mercado. Los comerciantes informales Logran costos reducidos gracias al uso intensivo del espacio y una notable flexibilidad en precios, productos». Señaló Rolando Arellano durante su exposición.
Este sector, aunque enfrenta desafíos como el alto costo del financiamiento, la inseguridad jurídica, extorsiones y decomisos. Compensa estas barreras con agilidad y un contacto directo con el consumidor, que muchas veces supera al del comercio formal.
«El gran aprendizaje es claro de seguir ignorando ni subestimando el comercio informal», enfatizó Arellano. «Deben ser entendidos como potenciales clientes, aliados estratégicos o competidores formidables», precisó Arellano.
Comercio informal y su conexión directa con el consumidor
Lejos de tratarse únicamente de un asunto legal, el sector informal ha demostrado ser sorprendentemente competitivo. Con estructuras más ligeras, mayor flexibilidad de precios y una conexión directa con el consumidor, muchas veces logra superar en eficiencia al comercio formal.
A pesar de enfrentar barreras como el acceso limitado a financiamiento o la falta de estabilidad institucional, el comercio informal mantiene un dinamismo que lo hace difícil de igualar. Por eso, el mensaje que dejaron Arellano y Ante fue claro: el sector formal no puede darse el lujo de seguir ignorándolo.
La clave está en entender cómo funciona esta economía paralela, identificar sus fortalezas y dar estrategias que no le hagan frente, sino que incluso abran la puerta a la colaboración o integración que conecte con la población.