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La dependencia alimentaria del Perú se ha quintuplicado en los últimos 60 años

En 1961, las importaciones del Perú representaban un 4% de la oferta alimentaria y hasta antes de la pandemia llegaron a representar el 20%.
Por Martha Seminario Rubio Publicado: Últ. actualización: 24 febrero, 2023 08:30
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En 1961, las importaciones del Perú representaban un 4% de la oferta alimentaria y hasta antes de la pandemia llegaron a representar el 20%. Esto significa que el país ha generado una dependencia alimentaria en productos claves en la alimentación, la cual se ha quintuplicado en los últimos 60 años, según el Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes).

Al analizar nuestras costumbres y consumo, se puede notar en qué alimentos somos más dependientes: con aceite en la mayoría de las cocinas, el maíz para alimentar a los animales y el trigo para hacer pan. De esta manera, tendemos a subordinarnos a los países más importantes en producción de granos.

Se debe tener en cuenta que estos tres productos son los que más cambios han sufrido en cuanto a su costo; ya que Rusia y Ucrania, países que están en guerra hace un año, son los primeros importadores de maíz y trigo, e impulsaron su alza de precios a nivel mundial.

En el caso del maíz, en el Perú la producción nacional solo cubre el 23% de la demanda nacional. Las importaciones han llegado a cubrir más del 70%.

Respecto al trigo, en el país solo se producen cerca de 188 mil toneladas. Esta cifra que no ha mejorado en los últimos 10 años, así que más del 90% del trigo que se consume en el Perú es traído de otros países.

¿Qué se puede hacer?

Los especialistas indican que no se requiere específicamente barreras arancelarias o restricción a importaciones, pues estas pueden perjudicar a los consumidores. Más bien, se trata de generar incentivos para que el país sea más competitivo y que no necesite importar tanto como lo hace.

El extitular del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), Juan Manuel Benites, precisó que necesitamos de infraestructura, mejores regulaciones, incentivos, trabajar por el lado de créditos, entre otras cosas para mejorar en la productividad de cultivos.

Además, señala que se necesita de una asociatividad entre productores agrarios pequeños de pocas hectáreas, de esa manera podrían reducir costos y negociar mejores precios.

En el caso de la infraestructura, se recuerda que el año pasado se usó más del 70% del presupuesto destinado a inversión, algunas regiones y localidades no usaron la mayor parte de sus recursos destinados a obras para la agricultura y ganadería.

Los gobiernos regionales más rezagados fueron los de Ucayali y Cajamarca. Ucayali dejó de usar casi siete de cada 10 soles y en Cajamarca no usaron más de la mitad de su presupuesto.

En el caso de los municipios, los que usaron menos de la mitad del dinero que se les dio para obras fueron Ica, Lambayeque y Pasco.