La icónica marca austríaca KTM enfrenta una crisis financiera sin precedentes. Con una deuda muy cerca de los 2,000 millones de euros y cerca de 300,000 motocicletas acumuladas en sus almacenes, la compañía se declaró en quiebra hace unas semanas.
Problemas en la estrategia comercial
Los problemas no solo derivan de un exceso de producción, sino también de una estrategia comercial fallida. Según el administrador concursal Peter Vogl, la marca sobreprodujo unidades mientras ofrecía modelos con precios elevados que no lograron atraer a un público amplio.
Aunque KTM incrementó sus ventas en 2023, su ritmo de producción no se ajustó a la demanda real. Este desequilibrio dejó miles de motocicletas almacenadas, un problema que ahora se traduce en descuentos significativos en concesionarios. A esto se suma el aumento de los costos de producción, que agravó la situación económica de la empresa.
Acreedores y posibles rescates
El futuro de KTM depende de sus acreedores y de la llegada de un posible salvador. La empresa cuenta con 2,500 acreedores, entre los que destacan grandes bancos internacionales como Bank of China e ICBC.
Para evitar el colapso total, KTM ha solicitado un procedimiento judicial de reestructuración con el objetivo de mantener la autoadministración bajo supervisión judicial hasta febrero.
Entre los interesados en rescatar a la marca se encuentran Bajaj Auto y CFMoto. Bajaj, actual socio de KTM y productor de más de 4 millones de motocicletas al año, tiene una posición estratégica para adquirir la empresa. Por su parte, CFMoto, un fabricante chino que ya colabora en la producción de modelos KTM en Asia, busca aprovechar esta oportunidad para consolidar su presencia en Europa.
Impacto laboral y en la industria
La crisis ha golpeado duramente a los empleados y proveedores de KTM. Se han reportado cientos de despidos y se estima que 3,600 puestos de trabajo están en riesgo, principalmente en Austria y Alemania. Además, la producción de motocicletas ha sido suspendida hasta finales de marzo de 2025.
A pesar de la situación, KTM ha asegurado que sus programas de competición, como MotoGP y el Dakar, no se verán afectados.
Mientras tanto, los concesionarios intentan liberar inventarios mediante descuentos significativos, lo que convierte este momento en una oportunidad única para los compradores.