Juan Acosta Mantaro es un experto en comercio internacional y uno de los editores de la publicación: «Integración Económicas. Estrategias peruanas para la internacionalización», bajo el sello de la Editorial UPC, de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. ¿Cuánto ha avanzado el Perú en comercio exterior y cómo se benefician todos los actores de la cadena?
En diálogo con Infomercado, Juan Acosta Mantaro nos brinda algunas respuestas, incidiendo, sobre todo, en que el valor agregado de los productos peruanos y que se valora en el exterior, no está relacionado a la industrialización, sino más bien en que son «productos al natural».
La balanza comercial peruana tiene muchos años positivos. ¿Cuánto hemos avanzado en comercio exterior?
Todo economía tiene cuatro motores: el consumo privado, el público, las inversiones, y las exportaciones. Este último sector ha experimentando un incremento importante gracias a la globalización. El Perú y otros países se han desarrollado, cada uno a su medida, pero todo ha mejorado en los últimos años.
El PBI peruano se triplicó desde los inicios de los 90 hasta hoy. ¿Cuánto es responsabilidad de las exportaciones?
Un dato referido a las exportaciones: en 1994, el Perú exportaba alrededor de 4 mil millones de dólares y a 135 países. En el 2021, hemos cerrado en 56 mil millones de dólares y hemos llegado a 170 países, el último es la Antártida. Esto demuestra que tenemos los productos para llegar a cualquier rincón del mundo. Tenemos una oferta variada y demandada que podemos llegar a multiplicar por 10 las anteriores cifras. Pero, creo que el reto es mantenernos porque la tasa de mortandad de las empresas exportadores pasó de un 33% a casi 50%, en un año. Eso quiere decir que de 10 empresas que exportaron en enero, casi la mitad no llegan a fin de año. Debemos mejorar.
¿Estas cifras expectantes se fundamentan en lo más de 20 TLC que ha firmado el Perú?
Son muchos los factores. La firma de los TLC es uno de ellos porque nos ponen en una posición muy ventajosa ante los demás países porque nos otorgan una reducción arancelaria y nos brinda una serie de beneficios y experiencias. Con Estados Unidos, por ejemplo, nos obligó a tener un Ministerio del Medio Ambiente o la protección de la propiedad intelectual. Los TLC generan un fortalecimiento de la infraestructura productiva y arancelaria. Además, hay que entender que el mundo ha cambiado pues la gente en el mundo busca comer mejor y el Perú se puede volver la despensa del mundo.
¿Es una deuda que nuestra balanza comercial solo se soporte sobre la exportación de las materias primas y no sobre la industrialización?
Es una pregunta histórica y abierta al debate. Piero Ghezzi, exministro de la Producción, señala que en ciertos sectores, la demanda mundial está en los productos en estado natural. El autor señala que debemos diferencia el darle valor agregado al producto y la industrialización. Por ejemplo, el valor agregado del producto en natural puede estar en la certificación internacional.
Entonces, es sesgado hablar que debemos industrializar todo…
Así es. Es una visión desde afuera, de las ganas de querer industrializar a la materia prima, pero si consultamos a los consumidores, ellos quieren el producto con la mejor calidad y con los niveles certificados internacionales. Ese mercado tiene interés en los productos que aporten valor en su estado natural. Ese valor agregado es más considerado hoy en el consumidor. Debo enfocarnos más en lo que pide el consumidor y el mercado.
En el libro se menciona dos productos estrella de la agroexportación en el norte: cacao y palta Hass. ¿Cómo este crecimiento está beneficiando al pequeño productor?
Es una buena consulta. En la UPC hemos realizado investigaciones sobre asociatividad para entender esta dinámica de la equidad en la cadena. La respuesta no es tan sencilla porque habría que analizar sector por sector. Primero se debe visualizar con cifras concretas para analizar el nivel del impacto en el pequeño productor. Es cierto que muchas veces es el exportador quien se beneficia porque es quien encara la negociación. Pero, ¿quién asume el riesgo? La idea es entender el fenómeno en su conjunto. Por ello, certificaciones como el Comercio Justo o UTZ para el cacao, nos hace creer que puede haber un componente social a tener en cuenta. Los productos peruanos son considerados como un producto diferenciado, lo cual nos da cierto margen de ganancia, un consumidor que prefiere nuestros productos. Con esa ventaja competitiva podemos analizar estas mejoras en la cadena productiva.
¿La asociatividad del pequeño agricultor es la solución para insertarse en las demandas del mercado?
La asociatividad es una de las formas que últimamente está dando buenos resultados. Depende mucho de un componente que es el talón de Aquiles de la mayoría de empresas peruanas: la formalización y profesionalización. Si las empresas que se asocian, con dichos componentes, son la clave para su crecimiento. En Perú, se está avanzando, pero esto limita el desarrollo porque tenemos una cultura exportadora muy básica. La profesionalización es la llave para salir adelante sea con asociatividad, cooperativa, u otra modalidad.
La inversión en los puertos del país para su modernización, ¿cuánto han aportado en el avance del comercio exterior peruano?
Los puertos y aeropuertos constituyen el principal soporte para lograr cualquier desarrollo. Tenemos la deuda histórica del puerto de Callao. Sin lugar a dudas, deben intervenir diversos actores para lograr una mejora porque un puerto eficiente trae beneficios para los exportadores, que la mercadería salga a tiempo y en buen estado. La modernización nos permite crecer en volumen de exportación y incrementar el canotaje. Debo haber más debate para las mejoras y debe estar alguien que lidere el proceso.