JPMorgan Chase ha comenzado a aplicar tarifas a las fintech que acceden a los datos financieros de sus clientes, marcando un giro estratégico significativo en el ecosistema de banca abierta. La medida consiste en aplicar distintos cobros a través de intermediarios como Yodlee, Finicity y Plaid, especialmente para usos vinculados a pagos, inversión o préstamos.
Preparando el terreno para “defenderse»
Según el CEO Jamie Dimon y un portavoz del banco, estos cargos buscan recuperar los costos que implica desarrollar y mantener una infraestructura segura para la transmisión de datos, además de proteger a los clientes ante posibles estafas o filtraciones.
Estas tarifas podrían resultar prohibitivas para startups y plataformas que dependen de los accesos gratuitos, afectando desde apps de pagos hasta servicios de criptomonedas y gestión financiera. Se ha advertido que, en ciertos casos, los costos podrían superar el ingreso generado por una sola transacción.
Además, la noticia provocó caídas en los mercados relacionados: PayPal cayó un 6 % y Block un 5.6 %, mientras Visa y Mastercard bajaron alrededor del 2.8–2.9 %.
Reacciones del sector fintech
Organizaciones como la American Fintech Council y Financial Technology Association han criticado las tarifas, acusándolas de obstaculizar la competencia, aumentar los costos para el consumidor y restringir la innovación.
Esta decisión de subir las tarifas se toma en medio de un panorama regulatorio poco claro. La norma conocida como Sección 1033 de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB) obliga a permitir que los clientes compartan sus datos sin costo. Sin embargo, los bancos, incluido JPMorgan, cuestionan esta regla y defienden que cobrar por el acceso es válido, ya que mantener la infraestructura tecnológica tiene un costo.