Hasta antes de la pandemia del Covid, según la Asociación de Bodegueros del Perú (ABP),en el país existían 414 mil bodegas, de las cuales, 113 mil estaban en Lima. Es decir, habían más bodegueros en provincias.
Según ABP, las bodegas movían, al año, más de US$ 2 mil millones a nivel nacional y la inversión de cada bodeguero oscilaba entre 500 y más de 2 mil soles.
En ese contexto, un grupo de investigadores liderados por la economista Brenda Silupú, intentó conocer a detalle cuál es la realidad del manejo empresarial de las bodegas de barrio en Piura.
Business practices in nanostores. A study in Piura, Perú es el nombre de la investigación presentada hace unos días en el MIT.
Para el estudio se seleccionaron 95 empresas, de las cuales 48 fueron bodegas y las restantes fueron mypes (ferreterías, boutiques, etc.).
Con todas ellas hubo un proceso de acompañamiento para verificar el manejo de sus procesos operativos como negocio. La metodología del Leveraging Supply Chain Management and Business Practices in Micro and Small Firms fue la utilizada para esta investigación.
Hallazgos
Brenda Silupú señaló a Infomercado que la investigación reveló datos con respecto al manejo de las finanzas en estos pequeños negocios.
Por ejemplo, en su mayoría, las bodegas son administradas por mujeres. Otra característica es que la productividad (venta) de una bodega es menor a otros negocios del mismo tamaño.
Por otro lado, el estudio reveló que las bodegas tienen una cantidad reducida de trabajadores, los cuales, casi siempre, son familiares.
Otro dato relevante es que las bodegas de Piura son negocios con alta rotación de mercadería, pero no llevan registro ni control de dichos bienes.
«Es decir, no hay adecuada planificación del negocio», aseguró Silupú.
Prácticas financieras
Tomando en cuenta estos hallazgos, el equipo investigador realizó un análisis de las bodegas bajo un enfoque de cuatro prácticas financieras: liquidez, utilidad, planificación y relación con los proveedores.
Con respecto a la planificación, la investigación reveló que las bodegas no tienen objetivos de mediano y largo plazo.
Esta práctica tampoco es común en las mypes de otros rubros comerciales. «Es claro que los microempresarios viven del diario o del corto plazo», señaló Silupú.
Sin embargo, la práctica de liquidez sí es una característica bien llevada por las bodegas en comparación con otras pequeñas empresas.
«Las bodegas que tienen mejor productividad (ventas) son las que llevan bien sus prácticas de liquidez, es decir, buen manejo del flujo de caja y el registro diario de ingresos. Esto les permite saber sus saldos para las compras del día siguiente. Las bodegas que sí lo han hecho tienen mejor desempeño», afirmó la investigadora de la UDEP.
Por el contrario, las empresas que no son bodegas les va mejor con las prácticas de relacionamiento con sus proveedores.
Mejoras por realizar
La investigación presentada al MIT reveló también que las bodegas de Piura tiene un nivel de prácticas por debajo de lo que pasa en otros países como Colombia; México o Paraguay.
Según Brenda Silupú, el problema reside en que «más del 50% de las mypes, como las bodegas, constituyen un negocio de subsistencia».
Las bodegas, afirmó, son fácil de constituir porque requieren menor capital para iniciar, no necesitan mucho conocimiento, y es fácil para conseguir mano de obra.
Es importante indicar que la investigación se realizó desde finales del 2019 hasta los primeros meses del 2020, es decir, antes del confinamiento por la pandemia del Covid.
A pesar de ello, afirmó la investigadora, los resultados tienen relevancia porque hoy es vital el manejo adecuado de los recursos y la administración correcta de la liquidez para el sostenimiento de las bodegas.
«En pandemia se han fortalecido las bodegas, aunque también han cerrado otras por comprar mercadería que no se pudo vender. Hoy las prácticas de liquidez son relevantes para que las bodegas sobrevivan», concluyó Brenda Silupú.
Debe saber
- El estudio fue desarrollado por Brenda Silupú y Fabiola Alcas, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UDEP.
- El equipo también lo integró Sergio Reyes (egresado de la UDEP) y Ernesto Amorós de la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.