El Instituto Peruano de Economía (IPE) publicó la edición de «Termómetro económico» correspondiente al cierre del mes de setiembre. En este reporte monitorea indicadores de coyuntura para mostrar la evolución de la economía peruana en el contexto de la pandemia.
Según los datos más actualizados, el crecimiento del PBI fue de 1.7% en el mes de julio, presentando el menor ritmo desde febrero de 2021, cuando la economía aún estaba limitada por las restricciones aplicadas frente a la pandemia.
La inversión pública experimentó un crecimiento de 19.8% en el mes de setiembre, impulsado por el mayor gasto de los gobiernos subnacionales que contrarrestó la menor inversión del Gobierno Nacional.
La producción minera exhibió una contracción de 4.2% en agosto (el INEI aún no publica los datos a setiembre) debido a una contracción generalizada de la producción de minerales como cobre (-2.4%), zinc (-2.9%) y plata (-11.2%), alcanzando así su segundo mes consecutivo de contracción.
Respecto a los indicadores de la inversión privada, el despacho local de cemento creció 4.9% en agosto, recuperándose de la caída registrada en julio, mientras que, según estimaciones del IPE, el volumen de importaciones de bienes de capital habría caído 3.2% en agosto, acumulando siete meses en contracción.
Por otro lado, el volumen de las exportaciones no tradicionales se recuperaron de la ligera caída observada en el mes previo.
La recuperación del empleo siguió desacelerándose en el tercer trimestre del año. El empleo adecuado en Lima Metropolitana se sitúo 10.2% por debajo del nivel prepandemia, una caída mayor a la registrada en julio (-8.6%). Así, solo en la capital aún falta recuperar más de 325 mil puestos de trabajo adecuados.
Por su parte, las expectativas de la economía a 3 meses mejoraron ligeramente en agosto, pero acumulan 17 meses consecutivos en terreno pesimista.
El consumo representando a través de la venta de pollo en los centros de acopio de Lima Metropolitana, aumentó ante la ligera reducción del precio respecto al mes de agosto.
Por último, según IPE, los últimos indicadores relacionados a la actividad económica dan señales de importantes riesgos para la producción, la inversión privada y el empleo.