Tendencias

Debate sobre el uso de la inteligencia artificial en tareas escolares

Algunos alertan sobre dependencia, mientras otros defienden su valor cuando se acompaña con supervisión adulta.

Por Ariana Manrique More
2 minutos

La irrupción de herramientas de inteligencia artificial han generado un intenso debate entre padres, docentes y alumnos.

A lo largo de la historia, desde la negativa inicial a los libros impresos, los temores ante la calculadora o la llegada de Internet, surge nuevamente el temor si la IA puede debilitar las destrezas de los estudiantes o al contrario potencia su aprendizaje.

La IA como Soporte Educativo

Para muchos padres y docentes, estas herramientas pueden ser útiles si se usan como guía, facilitando la comprensión de temas complejos o sugiriendo ideas.

Sin embargo, el peligro radica en que los menores las utilicen para reemplazar su esfuerzo intelectual.

Riesgo de dependencia

La psicóloga Lara Ferreiro advierte que el acceso prematuro y sin control a estas tecnologías podría limitar el desarrollo patrimonial de los niños.

Señala que depender en exceso de la IA es “un fríe cerebros”, disminuye el pensamiento crítico, reduce la creatividad y afecta áreas cerebrales claves como el hipocampo y la corteza prefrontal.

También alerta que el uso frecuente acorta la atención y fomenta un sedentarismo mental, disminuyendo la autonomía intelectual.

Uso responsable de la inteligencia artificial

El doctor Rubén Correa, investigador en tecnología educativa, reconoce un valor significativo en la IA, siempre que exista apoyo adulto.

Al comparar ChatGPT con un “buen profesor al lado”, resalta que puede reformular explicaciones complejas y expandir el pensamiento creativo. No obstante, insiste en revisar las respuestas y supervisar el proceso.

Según él, esta tecnología estimula el razonamiento, abre caminos alternativos en la resolución de problemas y puede hacer las matemáticas más atractivas.

¿Cómo integrar la IA sin sustituir el aprendizaje?

La clave está en la supervisión. Los educadores recomiendan:

  • Establecer límites: Usar la IA para explicar conceptos, no para resolver tareas completas.
  • Fomentar la reflexión: Pedir a los niños que reformulen las respuestas generadas por algoritmos.
  • Priorizar el proceso: Valorar más el razonamiento que el resultado final.

La inteligencia artificial no debe ser un atajo, sino un puente hacia el conocimiento.

Cuando se usa con criterio, potencia habilidades, aclara dudas y fomenta la autonomía.

El verdadero éxito no está en que los niños obtengan respuestas rápidas, sino en que aprendan a cuestionar, analizar y crear a partir de ellas.