Ante la pretendida disolución del Congreso por parte de Pedro Castillo, resulta imposible no recordar lo ocurrido el 5 de abril de 1992. Hace poco más de 30 años, Alberto Fujimori también disolvió el Congreso, aunque con una importante diferencia.
Mientras que, con el pasar de los minutos, los tripulantes del barco fueron saltando por la borda, dejando solo a Pedro Castillo; Fujimori contó con las Fuerzas Armadas, que legitimaron el golpe de Estado.
En el caso de Castillo, la medida fue desesperada, horas antes de la debate en el Congreso del tercer intento de vacancia. Aunque esta no era segura, el ahora expresidente quiso asegurar su permanencia. Su actuar, al final, terminó por precipitar su debacle y asegurar su salida de Palacio.
Sin embargo, remontándonos al 1992, ¿Qué fue lo que motivó a que Fujimori cerrara el Congreso?
Alberto Fujimori señaló la razón principal era el carácter obstruccionista de los parlamentarios, entonces divididos en senadores y diputados. Según este, no le permitían tomar las decisiones pertinentes que llevarían a la reconstrucción nacional y al desarrollo. Cabe destacar que el escenario, en esos tiempos, era catastrófico: terrorismo y crisis económica sin precedentes.
“A la inoperancia del Parlamento y corrupción del Poder Judicial se suma la evidente actitud obstruccionista y conjura encubierta contra los esfuerzos del gobierno por parte de algunas cúpulas partidarias (…) con el único interés de bloquear las medidas económicas que conduzcan al saneamiento de la situación de bancarrota que precisamente ellas dejaron”
Alberto Fujimori, mediante un mensaje a la Nación.
En realidad, una de las medida impuestas por el Congreso, no habían sido del agrado de Fujimori. Nos referimos a la Ley de Control Parlamentario, la cual buscaba regular los actos normativos del presidente de la República. Se excusó en que le quitaban facultades y restringían su accionar, lo cual no le daba libertad para luchar contra los graves problemas sociales que enfrentaba el Perú. La razón subyacente, es que al ver al poder Legislativo más inmiscuido en sus gestiones, no le permitiría continuar con su red de malversación de fondos. En tal sentido, que Fujimori concentrara todo el poder y no existiera órgano fiscalizador, permitía que este hiciera lo que quisiese con el país.
Fujimori y Castillo:¿Qué fue diferente?
En primer lugar, la aceptación. Fujimori tenía de su lado la aprobación popular, pues un 82% de peruanos respaldaron su decisión. Asimismo contó con el apoyo de las FF.AA, que intervinieron las instituciones del Estado, así como los medios de comunicación y a políticos de la oposición (entre arrestados y secuestrados). Aunque existen ciertas coincidencias, la ejecución fue totalmente distinta. Una resultó en casi un decenio al poder y el otro, en una caída en picada al año y cuatro meses. Parece que el destino de ambos al final será parecido: pasar sus días recluidos en un penal.