Dado que el Estado difícilmente puede acceder a zonas rurales, donde se concentra en mayor porcentaje el trabajo infantil, los pequeños productores serán el foco de esta certificación pública.
Este sello se creó bajo el trabajo conjunto de la ONG Desarrollo y Autogestión y el Gobierno.
Lo que se busca es que a partir del 2020 cada vez más agroexportaciones peruanas, como café, espárragos y arándanos, estén certificadas de que no han sido producidas con el trabajo de niños y adolescentes.
Paúl Quezada, representante de una cooperativa de cafetaleros en la zona de Villarrica, declaró a Gestión que con esta certificación espera que los productores mejoren sus condiciones de vida.
“Actualmente los precios del café son muy bajos y nosotros no somos muy competitivos en el mercado exterior. Nosotros repetimos a los productores ‘no hagan trabajar a sus hijos, mándenlos a estudiar’ pero con los precios bajos, no les alcanza para que sus hijos vayan a la escuela. Si logramos tener el sello, los clientes en algún momento van a reconocer nuestra labor e incrementar los precios de compra”, explica Quezada.
A largo plazo, el objetivo de este sello es que los productos puedan ser reconocidos por los consumidores y esto les otorgue un precio diferenciado en los mercados, como los productos orgánicos.
Dato
La cifra de trabajo infantil en Perú es la mayor en comparación con los otros países de Sudamérica. Un 21% de los niños y adolescentes entre 5 y 17 años trabajan en el país.