Culminó la presentación de Ricardo Gareca como director técnico de la selección chilena de fútbol.
Mi primera impresión es que sus respuestas y manejo de escenario es mucho más seguro de lo que se vio el 2015 cuando asumió la dirección técnica de Perú. Obviamente: ha pasado mucha agua bajo el puente desde esa fecha.
Sin olvidar las pasiones que despierta el fútbol en Sudamérica -y el revuelo que ha causado en nuestro país su decisión – quería compartir tres lecciones que me han quedado de su manejo de las expectativas ante un proyecto nuevo y con un entorno con mucha expectativa:
– Ante la pregunta: ¿Qué modelo de juego aplicará porque en Chile se mantiene la idea de Marcelo Biela, «incluso algunos jugadores lo piden»?. Gareca respondió: «El modelo de juego no será una imposición. Conversaremos con los jugadores». Y añadió: «Nos hemos preparados para este desafío».
𝗟𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝟭: Ser cauto no significa ser temoroso. No está mal bajarle a las expectativas y responder lo que se conoce en el momento de asumir una responsabilidad. No olvidar: en la respuesta, reiterar siempre una idea fuerza.
– Ante la pregunta: ¿Cómo potenciará a las divisiones menores? Gareca señaló: «Estoy solo enfocado en la selección mayor. Esa es mi tarea».
𝗟𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝟮: No desenfocarse del reto asumido. Así el entorno te consulte o proponga otras tareas, solo hay que hacerse cargo de lo que se aceptó asumir.
– Ante la pregunta: ¿Cómo analiza el reto con Chile en relación al que asumió en Perú? Gareca respondió: «Fueron situaciones distintas. En Perú comenzó un proceso; en Chile asumo con un proceso ya caminando».
𝗟𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝟯: En público, no es recomendable hacer comparaciones que puedan generar polémica o malos entendidos. Las experiencias pasadas, sean buenas o malas, sirven para el diagnóstico y los ajustes que se harán en la interna de los grupos de trabajo.
Con respecto a lo deportivo, el tiempo dirá si los resultados le sonreirán como en Perú.