Entrevistas

Frank Valverde: «La innovación sostenible puede impulsar el empleo verde y reducir brechas sociales»

Conversamos con el vicepresidente de la Cámara Verde Perú, quien planteó que la innovación sostenible debe ir más allá del cuidado ambiental.

Por César Flores Córdova
6 minutos
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Conversamos con el vicepresidente de la Cámara Verde Perú, Frank Valverde, quien planteó que la innovación sostenible debe ir más allá del cuidado ambiental, integrando también el impacto social y económico para ofrecer alternativas a comunidades vulnerables y combatir la minería ilegal. Este diálogo se da en el marco del Perú Tech Week, evento de una semana donde se reúnen expertos de la innovación, la tecnología y las startups en Perú y Latinoamérica para presentar soluciones en innovación sostenible.

La minería ilegal sigue siendo uno de los principales problemas ambientales en el Perú, afectando bosques y fuentes de agua. ¿Cómo puede la innovación sostenible contribuir a enfrentar este problema sin dejar de lado las oportunidades económicas que muchas comunidades buscan?

La minería ilegal es un problema ambiental gravísimo, pero también una fuente de ingresos para familias que no ven otras opciones. Desde la innovación sostenible podemos abordar el problema de manera integral: con tecnología para monitorear y trazar el oro, con programas de formalización ágil que den seguridad jurídica y condiciones dignas, y sobre todo con alternativas económicas que generen futuro. Hablamos de bioeconomía, agro sostenible, turismo comunitario o cadenas de valor forestales. Si solo lo vemos desde lo ambiental, fallamos; si lo vemos también desde lo social y lo económico, encontramos salidas que cuidan la naturaleza y al mismo tiempo mejoran la vida de las comunidades.

El Perú es un país con enormes recursos hídricos, pero también con zonas donde el acceso al agua es crítico. ¿Qué avances tecnológicos o innovaciones considera que pueden tener mayor impacto en garantizar la gestión sostenible del agua en los próximos años?

El agua es un recurso abundante en el Perú, pero mal distribuido. La innovación puede equilibrar esa brecha con soluciones que mezclan lo ambiental, lo social y lo económico: sensores IoT y redes inteligentes para evitar fugas urbanas (eficiencia económica), siembra y cosecha de agua en comunidades altoandinas (impacto social y cultural), riego de precisión para agricultores (productividad económica y cuidado ambiental), o plantas modulares de tratamiento para pequeñas ciudades. No se trata solo de tecnología, sino de soluciones que sean accesibles, que reduzcan desigualdades y que al mismo tiempo generen oportunidades productivas.

¿Cuál es el nivel de desarrollo de la innovación sostenible en el Perú comparado con otros países de la región? ¿Estamos rezagados, o hay casos locales que ya marcan tendencia?

En el Perú tenemos talento y creatividad, pero todavía estamos lejos de países de la región en políticas públicas y financiamiento. Chile, por ejemplo, lidera en energía limpia y fondos climáticos; Colombia en articulación territorial. El Perú no está rezagado en ideas: tenemos startups en economía circular, biotecnología y agroinnovación que ya son referentes. Lo que nos falta es dar el salto a la escala: más capital, más marcos normativos claros y más espacios donde academia, Estado y empresa puedan trabajar juntos. Allí es donde desde Cámara Verde buscamos aportar: articular actores y visibilizar buenas prácticas que van más allá de lo ambiental, que generan también impacto social y económico.

Los grandes desafíos ambientales requieren esfuerzos coordinados entre el Estado, la empresa privada, la academia y la sociedad civil. ¿Qué barreras existen para esa articulación en el Perú y cómo podría superarse desde un enfoque de innovación sostenible?

El gran reto es que cada actor trabaja en silos: el Estado por un lado, las empresas por otro, las universidades con sus agendas y la sociedad civil reclamando. Para articular necesitamos confianza, reglas claras y espacios de diálogo permanentes. Desde la innovación sostenible proponemos soluciones que alinean incentivos: marcos regulatorios flexibles, financiamiento basado en resultados y programas de formación que unan a estudiantes, comunidades y empresas. La clave es pensar siempre en el triple impacto: que una política no solo reduzca emisiones, sino que también genere empleo formal y mejore la calidad de vida en los territorios.

Según el BID, la transición hacia una economía baja en carbono en América Latina podría generar más de 15 millones de empleos netos al 2030. En Perú, ¿qué sectores productivos tienen mayor potencial de crear empleo verde y de calidad si se impulsan iniciativas de innovación sostenible?

El Perú tiene sectores con un potencial enorme si miramos lo ambiental, lo social y lo económico a la vez. Un primer frente son las Energías renovables y eficiencia energética, que además de reducir emisiones crean empleos técnicos de calidad. Luego tenemos el Agro sostenible y bioeconomía, que ponen en valor productos como el cacao, café o superfoods, mejorando ingresos de pequeños productores. Además, la Gestión de residuos y economía circular, que transforma un problema ambiental en oportunidades de negocio e inclusión social. Finalmente, la Movilidad eléctrica y construcción sostenible, que no solo modernizan la ciudad sino que generan oficios nuevos y mejor remunerados.

En el plano social, muchas innovaciones suelen concentrarse en zonas urbanas. ¿Cómo asegurar que las iniciativas tecnológicas de sostenibilidad lleguen también a comunidades rurales y vulnerables, reduciendo brechas en educación, género y acceso a oportunidades económicas?

Muchas veces la innovación se concentra en Lima o en grandes ciudades, pero la sostenibilidad tiene que ser inclusiva. Eso significa diseñar soluciones con las comunidades, no para ellas. Implica proyectos de conectividad digital, formación de jóvenes y mujeres en liderazgo, modelos de economía local que se sostienen solos. Si la innovación no reduce brechas sociales y económicas, no es innovación sostenible.

El financiamiento es clave: ¿qué mecanismos innovadores se requieren para escalar proyectos de triple impacto en el Perú? ¿Estamos preparados para atraer ese tipo de capital?

El capital existe, pero hay que atraerlo con proyectos sólidos. Mecanismos como bonos verdesfondos de inversión de impacto o venture capital climático son fundamentales, pero requieren confianza: reglas claras, datos verificables y proyectos que muestren resultados medibles. En el Perú estamos dando pasos, pero falta una estrategia país que conecte la inversión internacional con los emprendedores locales. La innovación sostenible no debe depender solo de la cooperación, sino convertirse en una oportunidad de negocio y desarrollo.

¿Cómo medir de manera rigurosa el verdadero impacto ambiental, social y económico de las iniciativas sostenibles para evitar que se conviertan en simples campañas de marketing o greenwashing?

El impacto real se mide, no se declara. Eso significa tener línea base, indicadores claros y auditorías externas. Que podamos demostrar con evidencia cuánto redujimos en emisiones, cuántos empleos se generaron, cuántas comunidades mejoraron sus condiciones. Solo así evitamos el greenwashing. Desde Cámara Verde trabajamos bajo esa lógica: si no hay resultados ambientales, sociales y económicos verificables, no hablamos de sostenibilidad, hablamos de marketing.