Ford, el gigante estadounidense de los automóviles, planea acelerar sus inversiones en vehículos eléctricos y espera que el 40% de estos se vendan en todo el mundo para 2030 y funcionen sin gasolina ni diésel.
La compañía había anunciado en febrero su intención de dedicar más de 22.000 millones de dólares a la producción de vehículos eléctricos para 2025. Acaba de aumentar esta cantidad a 30.000 millones.
Símbolo de este desarrollo: Ford presentó recientemente con gran fanfarria una versión eléctrica de su popular pick-upF-150, el vehículo más vendido en los Estados Unidos.
Unos 70.000 clientes ya han optado por reservarlo desde que se abrieron las reservas hace apenas una semana para un vehículo que no estará disponible hasta la primavera de 2022.
También lanzó el Mustang Mach-E, un SUV eléctrico, y planea comercializar una versión eléctrica de su furgoneta Transit en los próximos meses.
Asimismo, Ford ha decidido trabajar con sus propias baterías eléctricas: además de crear un centro de investigación y desarrollo dedicado a este componente esencial, planea formar una empresa conjunta con el grupo surcoreano SK Innovation para la fabricación de celdas y módulos de baterías eléctricas en Estados Unidos.
Quieren competir
El nicho todavía está dominado por Tesla, el favorito de los mercados: la compañía de Elon Musk actualmente vale alrededor de 580.000 millones en Wall Street, contra 51.000 millones de Ford.
Además del surgimiento de muchas empresas emergentes como Lucid y Rivian, varios fabricantes tradicionales han pasado recientemente a la ofensiva.
El grupo alemán Volkswagen pretende ofrecer 70 modelos eléctricos para 2030 y vender 26 millones de unidades en 10 años.