El 25 de febrero marcó el fin del periodo establecido por la ley que exigía a todas las farmacias y boticas nacionales mantener un inventario de medicamentos genéricos esenciales. Con la ausencia de una acción gubernamental, el Decreto de Urgencia que respaldaba la comercialización de estos medicamentos asequibles expiró, resultando en una falta de cobertura y dejando desprotegidos a los ciudadanos peruanos.
Esta medida, tomada bajo la gestión del ministro César Vásquez, plantea una interrogante crucial: ¿Qué repercusiones tendrá en la economía de los ciudadanos? Según la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), la diferencia de precio entre un genérico y uno de marca puede alcanzar el 60%, y en EE.UU., hasta el 85%.
En Perú, la brecha de precios es significativa. Por ejemplo, un blíster de paracetamol genérico cuesta S/ 1, mientras que el de una marca conocida puede llegar a S/ 2.5 por tableta. La metformina, esencial para diabéticos, se vende a S/ 1.44 el blíster genérico, en contraste con los S/ 19.90 de la versión de marca. Similarmente, la ceftriaxona genérica oscila entre S/ 10.10 y S/ 21.40.
Además, se puede adquirir una caja con 100 pastillas de metformina, un medicamento para la diabetes, por tan solo S/5 en su versión genérica, en contraste con el precio de hasta S/74.40 que puede tener la versión de marca. Por otro lado, la ceftriaxona, disponible en soluciones de 1 g., se ofrece a un costo que varía desde S/10 hasta S/21.40, dependiendo de la marca.
Respecto al omeprazol, que se prescribe para las úlceras gástricas, se encuentra disponible en presentaciones genéricas de 30 cápsulas por S/1.20, mientras que las marcas comerciales pueden vender el mismo número de cápsulas a S/49.50.
El Costo de la Salud en Perú
Mónica Muñoz Najar, economista, señala que una familia peruana promedio podría invertir hasta S/ 500 anuales en servicios de salud no cubiertos por el SIS o ESSALUD, cifra que podría superar los S/ 700 en regiones. Las enfermedades crónicas, como la hipertensión o diabetes, incrementan estos gastos, representando del 1.5% al 10% de los ingresos familiares, dependiendo de su situación económica.
La decisión del Minsa impacta directamente en el bolsillo de los peruanos, especialmente en aquellos con enfermedades crónicas, quienes ahora enfrentan un dilema económico en su lucha por una vida saludable.