Emprendimientos

El Turco: Regaló sus primeros aceites para la barba y ahora lidera 13 barberías con más de nueve mil clientes al mes

Luis Ángel, conocido como El Turco, inició su camino creando aceites para la barba, que rápidamente se expandieron por todo Lima.
Por Daniel Flores
8 minutos
El turco

En los últimos años, la barbería se ha convertido en un refugio para los hombres, un espacio donde pueden consentirse, expresarse y adoptar la tendencia del hombre moderno: una barba impecablemente cuidada y con un estilo clásico. Este es precisamente el propósito de El Turco, una cadena que, con ocho años en el mercado y trece sedes, ha perfeccionado el arte del cuidado masculino.

Historia

Luis Ángel Pérez Zambrano trabajó desde los 17 años, decidiendo estudiar la carrera de Publicidad. Empezó elaborando letreros y más tarde se adentró en el mundo de la imprenta, donde su negocio se disparó en menos de un año. Sin embargo, no pudo sostener ese crecimiento debido a los excesos, gastando las ganancias en fiestas. Su siguiente paso fue trabajar en discotecas, diseñando tarjetas y uniéndose al equipo de marketing de los clubes que frecuentaba.

Eventualmente, le ofrecieron organizar una fiesta, lo que marcó el inicio de una década dedicada a manejar discotecas y eventos de música electrónica en el sur del país, un estilo de vida lleno de excesos. A los 33 años, Luis Ángel sintió que era suficiente; tanta fiesta estaba afectando su bienestar, así que dejó esa vida atrás y se dedicó a manejar la publicidad del negocio familiar, lo que le dio el tiempo necesario para reflexionar sobre su futuro.

“Ahí solo trabajaba medio día y tenía mucho tiempo para pensar. Fue entonces cuando decidí dejarme crecer la barba. Desde que salí del colegio había tenido barba, pero nunca tan grande y quise probar.”

Con el crecimiento de su barba, volvió a enfrentar viejos problemas: sin importar cuánto acondicionador aplicara, su barba siempre parecía desordenada y salvaje. Empezó a buscar productos especializados en barberías, en internet y entre sus amigos, pero nadie tenía lo que necesitaba. Finalmente, recurrió a pedir productos del extranjero, y un amigo que volvía de Suiza le trajo una variedad de aceites, ceras y cepillos. Así, pudo finalmente dejarse la barba larga ya que estos productos tuvieron grandes resultados, haciendo que Luis Ángel los amara.

Sin embargo, cuando esos productos se agotaron, intentó crear sus propias mezclas siguiendo recetas de internet, pero los resultados no fueron los esperados. Algunas fórmulas le causaban irritaciones y otras simplemente no funcionaban y eran un pérdida de tiempo. Desesperado, pidió a su amigo que le consiguiera más productos de Suiza.

“Mi amigo es tatuador y me contó que el lugar donde había comprado los productos era un negocio familiar. Él tatuaba al hijo del dueño y, en una conversación, este le compartió la receta. Me la mandó y quedé fascinado”.

La receta mágica

Con esta receta, Luis Ángel experimentó y creó un aceite que superó incluso al original. Con el excedente de producto que elaboró, 60 frascos, comenzó a regalárselos a sus amigos con barba. Pronto, estos le pedían más y se dio cuenta de que había una oportunidad de negocio: no existía ningún aceite similar en el mercado local.

Gracias a su formación en publicidad, desarrolló una etiqueta con un diseño vintage que capturaba la esencia de su producto. Es así que en 2015 decidió llamar a su marca “El Turco”, un apodo que le habían dado de niño y que consideró perfecto por razones comerciales. Sin un lugar físico para vender sus aceites, optó por Facebook, que en ese momento vivía su auge.

“Ocho años atrás, Facebook estaba en su apogeo y vi que muchas personas vendían sus productos ahí. Busqué en YouTube cómo hacerlo, pero me resultaba complicado, así que a la antigua, llevé un curso de Community Manager en un instituto. Al mes ya tenía 10 mil seguidores y vendí ocho botellas en una semana”.

Aceites El Turco

Las ventas y los seguidores comenzaron a crecer exponencialmente. Con la llegada de la temporada navideña, tomó una decisión arriesgada: mandó a confeccionar cofres de madera con un diseño especial. Aunque inicialmente encargó solo 20 unidades, el carpintero lo convenció de aumentar la cantidad a 100 para hacerlo rentable. A pesar de las dudas de su esposa, Luis Ángel aceptó y, ayudado por ella, prepararon los aceites y empacaron los productos para cumplir con los pedidos que llegaban por correo, Facebook, Instagram y WhatsApp.

“El primer día fueron 10 pedidos, al siguiente 20, luego 25, y así continuaron creciendo. Cuando llegamos a 60 pedidos en un solo día ya eran muchos pedidos, por eso llamé a un amigo que tenía un currier para que pueda repartir todos los pedidos”.

La apuesta rindió frutos, logrando vender 600 cofres esa Navidad. Esto lo motivó a profesionalizar el negocio, hablando con un laboratorio y creando una página web para centralizar los pedidos, ya que la producción casera había superado los límites y requería un registro sanitario. Asimismo contrató al mismo currier para que los pedidos sean repartidos en todo Lima.

Set de aceites para el cuidado de la barba

Nacimiento de la barbería El Turco

El siguiente paso fue colocar los aceites en peluquerías, pero pronto se topó con un problema. Y es que la mayoría de estos lugares estaban enfocados exclusivamente para mujeres y carecían de una oferta especializada en el cuidado masculino, lo que cohibía a los hombres. Así, en 2018, gracias a la exposición que logró decidió abrir su primer local El Turco en Barranco. Esta sería una barbería exclusiva para hombres con servicios y productos de calidad.

“El Turco nació para sumergir a los varones en las barberías de antaño, con técnicas modernas para cortes y arreglos de barba, además de nuestros productos exclusivos como champús, aceites, ceras y bálsamos. Un regalo perfecto para cualquier barbudo. Además ofrecemos a los clientes cerveza artesanal, coca cola en vidrio y trabajamos con Jack Daniel’s”.

Gracias al éxito del primer local, surgió la oportunidad de abrir más sedes, algunas propias y otras en sociedad, siempre manteniendo el control mayoritario de la marca para preservar su esencia. Actualmente, El Turco es más que una barbería; es una comunidad donde los hombres se sienten cómodos, comparten anécdotas y disfrutan de un ambiente acogedor.

«De los trece locales que tenemos, algunos son nuestro y los otros los hemos levantado en sociedad. Yo me quedo con el 51% para tener el control de la marca porque no quiero que pierda el concepto con el que inició».

Desafíos

La pandemia trajo consigo nuevos retos. Con las tiendas cerradas hasta mediados de , Luis Ángel y su equipo implementaron un servicio delivery, adaptando sus operaciones a las circunstancias y priorizando la seguridad. Aunque perdieron un local en La Molina debido a problemas con el alquiler, la demanda de sus servicios no decayó. Adaptaron su modelo de negocio, implementando reservas online y reduciendo el aforo para cumplir con los protocolos.

«Para nosotros pandemia no fue una crisis completa, la pasamos. Primero pensábamos que serían vacaciones pero luego ya era encierro total. La gente me llamaba y me decía que vaya a los edificios para cortarles el cabello. No había forma de hacerlo en ese momento.»

Consolidación

A medida que El Turco crecía, la marca continuó diversificando su oferta, añadiendo billeteras, morrales y maletines de cuero, productos inspirados en el perfil de su cliente: hombres que valoran la calidad y el estilo. La barbería forma y supervisa a sus barberos, formalizando su sistema de funcionamiento. Un requisito esencial es que todos los barberos lleven barba. Gracias a su éxito, colaboran con Jack Daniels y otras empresas similares como Asahi, la cerveza japonesa número uno en el mundo.

Actualmente, la cadena de barberías El Turco cuenta con 13 sucursales distribuidos en Barranco, Miraflores, Surco, Chorrillos, La Victoria, La Molina, San Borja y San Isidro. Con un crecimiento anual del 20% al 25%, planea cerrar 2024 con al menos 17 locales en Lima Metropolitana.

“Esperamos abrir unos tres a cuatro locales a finales de año. Estamos viendo San Miguel, Magdalena y  Surco, por el lado de Casuarinas. Continuamos viendo posiciones y siempre estamos revisando para encontrar un local que tengan las características que sean útiles para nosotros”.

Pérez mencionó que el ticket promedio en sus locales oscila entre S/ 100 y S/ 150, lo cual incluye corte de cabello y barba. Sin embargo, considera que abrir locales en provincias no es viable, ya que el ticket de consumo es considerablemente menor y no pueden competir con las barberías locales.

Proyecciones

La barbería no solo busca expandirse a nivel local, sino también internacionalmente. Aunque originalmente planearon llevar su negocio al extranjero en 2020, la pandemia postergó sus planes. Sin embargo, han retomado sus intenciones y están realizando los esfuerzos necesarios para concretar la expansión este año. Estados Unidos (Miami) y Chile son los mercados donde ya tienen grandes avances en los procesos para su ingreso.

“Estamos revisando las legislaciones y lidiando con la parte burocrática, que es el primer obstáculo. Ya contamos con la propuesta, los números y los estudios de mercado, pero ahora viene la parte más complicada. Será un local que operaremos nosotros mismos”.

Aunque las conversaciones para ingresar a Chile y Estados Unidos están casi cerradas, Luis Ángel Pérez prevé que en 2024 se logre la inauguración de un local en al menos uno de estos países. Además, también planean internacionalizar sus productos para el cuidado de la barba, como aceites, ceras, pomadas, cepillos, peines, tijeras y navajas, fabricados en Estados Unidos. Para ello, suscribirán un acuerdo con DHL y Amazon para distribuir estos productos en toda Latinoamérica.

Tras ocho años de operación, la barbería cuenta con 13 locales que atienden a cerca de 9,000 personas al mes, consolidándose como un referente en su sector. Actualmente, Luis Ángel destaca que los hombres con barba tienen una mejor percepción social. Lejos de la antigua idea de que se trataba de una apariencia desaliñada, ahora hay barbudos en todos los ámbitos: emprendedores, ejecutivos, jóvenes y adultos. Esto ha ayudado a revalorizar la barba y a entender la importancia de cuidarla, como sucede con el cabello.