El precio internacional del café se dispara, superando los US$400 el quintal, lo que representa un incremento significativo frente a los valores registrados en 2023, cuando se cotizaba en menos de US$200.
Esta situación plantea un escenario favorable para el Perú, que podría aprovechar la crisis de producción en Brasil, Vietnam e Indonesia, los tres principales exportadores mundiales.
Crecimiento de la producción cafetalera en el Perú
Según Jorge Figueroa, especialista del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el clima en el Perú favorecerá la producción, especialmente en Cajamarca, San Martín y Amazonas, regiones que concentran el 55% de la producción nacional.
En 2024, el país produjo 250,000 toneladas de café y exportó cerca de US$1,120 millones, con un precio promedio de US$370 el quintal.
Para este año, se espera que los altos precios impulsen el crecimiento del sector.
Expansión a nuevos mercados
Actualmente, el café peruano se exporta principalmente a Estados Unidos, Alemania y Bélgica. No obstante, existen planes para diversificar los destinos, con un especial enfoque en China y países árabes.
Esta estrategia busca reducir la dependencia del mercado europeo, donde las regulaciones sobre deforestación cero imponen mayores exigencias a los productores.
Midagri ha confirmado que la Unión Europea otorgó un año adicional para adaptarse a esta normativa, lo que permitirá avanzar en la implementación de una ficha de identidad digital para cada productor, con georreferenciación de sus cultivos.
Desafíos para la industria del café
A pesar de las expectativas positivas, algunos expertos advierten sobre una posible contracción de la demanda.
Lorenzo Castillo, gerente de la Junta Nacional del Café (JNC), señaló que el precio podría llegar hasta los US$420 el quintal, generando incertidumbre entre los consumidores.
“Todavía la demanda no aparece. Los tostadores esperan estabilidad en el mercado antes de concretar compras”, agregó José San Martín, vicepresidente del Comité de Café y Cacao de ADEX.
El reto ahora será definir quién asumirá el impacto del alza de precios: los agricultores o los tostadores e intermediarios.
La temporada de cosecha iniciará entre marzo y abril, por lo que las próximas semanas serán clave para evaluar el verdadero impacto de estos cambios en la industria cafetalera peruana.