Cada vez son más peruanos que caen en la trampa de los préstamos gota a gota. Con la promesa de dinero fácil y al instante, las personas detrás de esta modalidad los convencen de acceder a su ayuda financiera, ¡Es una trampa!
El Ministerio de Justicia advierte que el préstamo gota a gota está vinculado a otros delitos como crimen organizado, lavado de dinero, narcotráfico, entre otros. Además, son las técnicas de cobro, que incluyen amenazas de muerte y el uso de sicarios, las que pueden llevar a la muerte.
¿Qué es el préstamo gota a gota?
No se trata de una modalidad recientemente nueva. Por el contrario, en países como Colombia lleva años cobrando la vida de cientos de ciudadanos.
Recibe su nombre gracias a los pagos diarios que los deudores realizan. Una de las principales características que hacen atractiva esta modalidad, es la facilidad para acceder a grandes sumas de dinero al instante.
Las redes de extorsión que se encuentran detrás de estos préstamos captan a personas desesperadas en zonas donde abunda el comercio informal para ofrecerles dinero. Las cantidades ascienden los S/1000.
¿Cómo funciona los préstamos gota a gota?
El sistema de pago es complejo. Cuando una persona accede a un préstamo bajo esta modalidad, acepta devolver el dinero de forma diaria y con unas tasas de interés superior a los que ofrece la banca formal.
Los problemas llegan cuando el deudor se atrasa porque las tasas de interés se elevan exponencialmente. La policía ha llegado a detectar que incluso los mismos cobradores no acuden a realizar el cobro para conseguir que las personas paguen más.
¿Por qué es peligroso adquirir un préstamo gota a gota?
El principal problema es la inexistencia de términos al momento de contraer el préstamo, y si los hay, no cuentan con garantía legal. De esta condición se aprovechan los extorsionadores para desplegar técnicas de amedrentamiento y así conseguir el pago de sumas superiores a las pactadas.
Su principal herramienta es el miedo. Por ello, contratan a personas para hacer seguimiento a la víctima, y si es el caso, la amenazan de muerte o dañan su mobiliario.
En casos extremos, los extorsionadores recurren a sicarios, quienes graban los atentados para que el material sirva para amenazar a futuras víctimas.