El Poder Ejecutivo ha declarado Estado de Emergencia en siete regiones del país, incluyendo a Puno: uno de los focos centrales de las protestas y los bloqueos de carreteras. Mediante el Decreto Supremo Nº 018-2023-PCM, se anuncia que las Fuerzas Armadas tomarán a partir de la fecha el control del orden interno.
Además del departamento altiplánico –epicentro de las más violentas protestas–, Madre de Dios, Cusco, Apurímac, Arequipa, Moquegua y Tacna estarán sometidas bajo esta medida de excepción por 60 días calendario, aunque en estas regiones el control del orden interno estará bajo el mando de la Policía Nacional del Perú (PNP).
La declaratoria no solo busca garantizar la seguridad y la paz social en estas regiones; sino, sobre todo, en el caso de Cusco, Madre de Dios y Puno, retomar lo más pronto posible el control de las vías bloqueadas por largas semanas y que han provocado el desabastecimiento de combustible y alimentos, la interrupción de las actividades comerciales y el aislamiento.
Para el excongresista Richard Arce, se trata de una estrategia preventiva, que, si bien podría permitir el desbloqueo de vías, busca, además, tener la atención ante la respuesta que tendrá la población tras la negativa del Congreso de no adelantar las elecciones presidenciales.
“Yo creo que la situación se va a radicalizar tras la decisión del Congreso de la República. La presencia de las Fuerzas Armadas busca que no haya más muertos en la región del país con más fallecidos por las protestas. Pero, para mí, más que una estrategia de prevención, este es un tema político; si no hay una salida política, vamos a terminar peor”, señaló.
Para Arce, la presencia militar se producirá en momentos en los que la población podría radicalizar sus protestas.
“La población siente que se han burlado de ellos, de sus reclamos. Ha sido un grave error del Congreso no aprobar para este año el adelanto de las elecciones y una tibieza el silencio del Ejecutivo. Han dejado pasar una oportunidad de mejorar su relación con la población”, señaló Arce.
El decreto supremo publicado ayer en el diario El Peruano, además, extiende por diez días la inmovilización social obligatoria en Puno, que ya se cumple de ocho de la noche a cuatro de la mañana.
“Medida es innecesaria”
Darles el control del orden interno a las Fuerzas Armadas es una medida desproporcionada para el gobernador regional de Puno, Richard Hancco, que desconoce cómo reaccionará la población frente a este decreto del Ejecutivo.
“La medida es innecesaria, injustificada. Ya no se presentan hechos violentos hace varias semanas en la región. Esto es una provocación para los puneños”, indica la autoridad, para quien el operativo militar policial para liberar las vías tendrá resistencia popular.
“A diferencia de otras regiones, aquí la gente no piensa desbloquear las vías, por lo que un intento de las fuerzas del orden podría desencadenar en un enfrentamiento. Hay que esperar a ver cómo manejan este tema las Fuerzas Armadas”, detalló Hancco.
A Puno arribaron ayer 50 agentes de la región policial de Áncash para labores de control.
Tregua y drama
Mientras, en Madre de Dios, Cusco y Puno, regiones donde el desabastecimiento de combustible y alimentos se agudiza por culpa de los bloqueos de carreteras, una tregua de los manifestantes permitió este sábado y domingo la liberación de algunas vías y la reanudación del tránsito vehicular.
La medida momentánea, que consiguió que camiones y cisternas varados por varios días puedan aliviar el abastecimiento en mercados y grifos, duró solo unas horas, por lo que las vías continúan en estos momentos interrumpidas.
Pero los cusqueños no soportan más esta situación impuesta por los violentistas. La población vive un drama, mientras que el desabastecimiento se acrecienta. Ya no hay gas ni combustible, y tampoco algunas verduras y frutas. La actividad turística que alimenta la economía de esta región está paralizada y, encima, la basura se acumula en las calles porque las unidades de recojo no pueden circular por falta de gasolina.
“Han establecido una tregua solo el fin de semana. Los otros cinco días continúan con el bloqueo. Tenemos más vías interrumpidas hacia el sur. No podemos salir de la región, nos sentimos secuestrados”, lamentó Richard Velásquez, presidente de Apemtur Cusco.