Piura produce alrededor de 250 toneladas de basura diaria, siendo solo el 0,3% de las bolsas, botellas, sorbetes, tecnopor y demás plásticos los que se recogen por las municipalidades.
A inicios del año 2019 se elevaron a 100 los casos del síndrome de Guillain-Barré en la región, a lo que el subdirector regional de Salud, César Guerrero, señaló que el 50% de los casos presentados fueron producto de la falta de recojo de desechos en la ciudad.
Este hecho sumado a que 43,7% del plástico en Piura termina en un botadero, en los ríos y por ende en los mares, es lógico que pensar en una pronta alterativa de solución resulte lo más razonable.
Con el objetivo de poner un alto a las elevadas cantidades de basura y contaminación de la región aparecen los ecoladrillos, la propuesta llevada a cabo por menores entre 12 y 17 años que está revolucionando la forma de reutilizar.
Ecoladrillos
El impacto de los ecoladrillos ha sido positivo; ofrece una solución muy eficiente, no solo para reutilizar todo tipo de plásticos, también, reduce la cantidad de basura que llega a los botaderos o calles de la ciudad.
En la Institución Educativa 14103 una vecina tuvo la idea de enseñar a los alumnos cómo convertir las envolturas de plástico en bancas que servirían para que sus padres se sienten cuando ingresen a la escuela.
“Piura tiene un problema real con la basura, no tiene un reciclaje formal por lo que vimos necesaria la idea de enseñarle a los niños cómo reducir la cantidad de basura acumulada y no solo eso, sino también cómo darle un segundo uso», afirma Michelle Aspee Moccia, vecina y coordinadora del proyecto ambiental
El proceso consiste en botellas plásticas de menos de 3 litros que son rellenadas con cualquier tipo de residuos de plástico.
Aspee Moccia, coordinadora proyecto ambiental explicó que en la institución educativa instruyen a los niños para que coloquen en las botellas todos los desperdicios que generan como las envolturas de los alimentos que llevan en sus respectivas loncheras.
«Todo lo que puede ir a la basura lo tiramos en la botella, lo comprimimos y una vez que la botella se llena y está dura toma la forma de ladrillo con el que podemos hacer futuras construcciones», dice Aspee.
Actualmente, los alumnos y padres de familia están trabajando para fabricar una banca hecha de ecoladrillos en la que los padres puedan sentarse bajo la sombra cuando llegan a recoger a sus hijos.
Generalmente, los ecoladrillos son usados con barro o paja para construir muebles modulares, espacios de jardín, paredes, casas, centros comunitarios, estanques e incluso edificios a gran escala.