Digital Break es una empresa de marketing digital que nació a mediados del año 2014 gracias al impulso de dos comunicadores piuranos: Julio Talledo y Jaim Córdova. Egresados de la Universidad de Piura y convencidos que se puede hacer empresa se pusieron como meta ser referentes en el ecosistema digital peruano.
«Teníamos una corta experiencia pero un horizonte común: el mundo digital», afirma Julio mientras recuerda esas primeras semanas de trabajo en un pequeño dormitorio alquilado del cuarto piso de un condominio de la Urbanización Santa María del Pinar, en la calurosa Piura. Una laptop y una PC completaban su minúscula oficina. Mucho café y fuerza de voluntad fueron los complementos para trabajar en las madrugadas y cumplir con sus primeros encargos.
El primer cliente que les hizo creer que era posible emprender en el marketing digital fue su misma Alma Mater: la UDEP. «Una de las facultades necesitaba ofertar sus diplomados en la web y las redes sociales. Me consultó si podíamos hacer el trabajo. No lo dudé y acepté el reto», nos cuenta Julio. ¿Cuánto cobraron? 300 soles por una pauta publicitaria en Facebook. Ese fue el primer pago para el equipo de Digital Break.
El trabajo lo hicieron tan bien que el servicio se prolongó por 12 meses. Sin embargo, a medida que crecían sus servicios, las complicaciones tributarias aparecían en la operación de la empresa. «Sunat asumía que facturábamos el 100%, pero era mitad inversión y mitad utilidad. Fuimos aprendiendo», señala Jaim.
Luego de la primera pauta de 300 soles, se sumaron dos más por el mismo monto. Luego, se sumaron cuatro por 500 soles y la recomendación llegó a otra facultad. El nuevo reto era ofertar maestrías en las redes sociales. En el 2015 ‘vendieron’ dos maestrías. Han pasado más de cuatro años y hoy se encargan del 90% de los posgrados de la UDEP en ambos campus: Piura y Lima.
Mudanza 1
Enero y abril del 2016 fueron tiempos de cambios para Digital Break. A inicios de ese año, Jaim Córdova decide mudarse a Lima aceptando una oferta laboral de la conocida editorial Santillana. Luego, en abril del mismo año, Julio Talledo acepta una propuesta de trabajo en la Fundación Romero.
A pesar de la ‘mudanza’, su único cliente, la UDEP, decidió seguir confiando en ellos. Así se abre la oportunidad para manejar la estrategia digital comercial de ambos campus, además de la Escuela de Dirección (PAD) y las sedes de Chiclayo y Trujillo. Las madrugadas de trabajo en Piura se mudaron a Lima.
En junio de 2018 sucedió lo que pasa con todo emprendimiento que crece: hay que dedicarse enteramente al negocio. Julio decide renunciar a Fundación Romero para dedicarse a la empresa. Por su parte, Jaim trabaja a medio tiempo en Digital Break pues comparte su tiempo en una importante transnacional de las telecomunicaciones.
Mudanza 2
En Lima, Digital Break funcionaba en el departamento que alquilaban en el distrito de San Borja. La cantidad de servicios crecían y necesitaban un espacio más corporativo para atender a sus clientes y generar otro tipo de ingresos.
En febrero de 2018 asistieron a un evento de We Work, las oficinas de coworking americana de gran reconocimiento en el mundo. «Algún día Digital Break estará en estas oficinas», recuerda Julio que le comentó a su socio. Jaim, incrédulo aún, le recordó el alto costo del alquiler. «Paso a paso», le refutó.
Un año y medio después, Digital Break se instaló en los cómodos y amplios espacios del piso 20 de We Work, en plena avenida Javier Prado Este. Instalarse en este lugar les ha brindado muchas conexiones con emprendimientos, startups, agencias y empresas de diversos rubros.
Hoy firman alianzas con algunas empresas e instituciones de interés para su crecimiento. Uno de sus primeros convenios es con el Club Atlético Grau, el equipo de fútbol centenario de Piura. A ellos le trabajan la estrategia de marketing digital para, entre otras cosas, captar más socios y anunciantes. Con este convenio buscan encontrar el know how del marketing digital deportivo. Incluso hay otro equipo de la Liga 2 que está interesado en firmar un convenio con Digital Break.
Asimismo, también están cerrando alianzas con una multinacional de comercio electrónico, una fintech peruana y una consultora argentina en marketing digital.
Otra posibilidad de crecimiento que trabajan, para el corto plazo, es el mercado colombiano. «Esperamos que sea en un año», afirma Julio.
Entre sus clientes actuales se cuenta a la Universidad de Piura, la Universidad Católica San José, Nexos Perú, Fundación Romero, entre otras empresas.
Aprendizajes y crecimiento personal
Digital Break nació a mediados del 2014 y rápidamente ha crecido por las decisiones inmediatas que tomaron sus socios. Esas decisiones estratégicas están alineadas al crecimiento de la empresa.
Al principio tuvieron desavenencias con socios que ya no están en la compañía; aprendieron con premura sobre paquetes comerciales y a rendir cuentas a la Sunat. Entendieron la importancia de tener claro el modelo de negocio y su propuesta de valor, a generar alianzas y construir reputación. Hubo temores pero los resultados avalan el esfuerzo.
«Al comienzo no te das cuenta de lo que vas creando hasta que tienes la necesidad de facturar para poder sobrevivir. Una cosa es una entrada adicional y otra es vivir de tu empresa. Hemos crecido como equipo y en clientes. Somos siete personas que trabajamos por objetivos comunes», asegura Julio.
Julio y Jaim consideran que es justo reconocer a algunas personas que han hecho posible que Digital Break haya logrado su crecimiento.
«Son dos personas que son clientes desde Piura: Pablo Valladares y Carol Vivanco. Ellos fueron claves para el impulso de Digital Break y hasta ahora lo siguen siendo. Y, en este último año, en Lima, hay una persona que de verdad se merece todo mi respeto, admiración y confianza: Giancarlo Falconi. Él ha sido pieza clave en esta última etapa», recalca Julio.