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Despidos masivos en Twitter: ¿Una práctica necesaria para salvar la compañía?

Elon Musk sabía que la red social lleva años presentando pérdidas millonarias y que la forma en que se manejaba la compañía era inviable.
Por Jordy Acevedo
2 minutos
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Elon Musk cerró la compra de Twitter por unos 44,000 millones de dólares el pasado 27 de octubre. Desde entonces, el hombre más rico del mundo está en el ojo de la tormenta luego de autorizar una ola de despidos acelerada en toda la red social. Sin embargo, estas acciones responden a decisiones empresariales que Musk tuvo que ejecutar para garantizar el futuro de Twitter.

Twitter entró en crisis cuando Elon Musk despidió a la mitad de los empleados de la plataforma, a los cuales envió un ultimátum por correo. Ahí explicó tres puntos importantes: el método de trabajo será intenso, se eliminará el teletrabajo y quien no quiera aceptar esas condiciones podrá renunciar libremente, recibiendo una indemnización equivalente a 3 meses de trabajo.

Tras esto, el 75% de los trabajadores renunciaron y Twitter pasó de tener 7,500 empleados a menos de 900. Todo el mundo esperó a que la plataforma se cayera, pero pasaron los días y la empresa continuó funcionando normalmente.

Sin embargo, todo corresponde a una estrategia empresarial de Elon Musk para mantener a flote a Twitter y garantizar la existencia de la compañía en el futuro.

Una práctica necesaria para salvar Twitter

Elon Musk sabía que Twitter lleva años presentando pérdidas millonarias y que la forma en la que se manejaba la plataforma era inviable. Por ello, lo primero que intentó hacer es equilibrar las cuentas, lo cual implica ajustar costos a través de recorte de personal.

En ese sentido, Musk planteó reestructurar la compañía y con esto sus costos bajaron de 1,500 millones de dólares al año a tan solo 180 millones.

Resulta que habían demasiados puestos de trabajo injustificables, razón por la cual la plataforma continúa funcionando sin ningún problema. Además, si Twitter necesita un mantenimiento o solucionar un error, podrán contratar gente para eso y los números seguirían siendo favorables para la empresa.

No cabe duda que esta práctica ha sido replicada por grandes compañías tecnológicas como Meta, Amazon, Snapchat e incluso el mismo Google, que consideran haber perdido el control sobre las tareas que cumplen las personas y sobre qué tan productivas es realmente su fuerza laboral.