El Design Thinking es una herramienta empleada en distintos ámbitos –desde un aula de clase hasta grandes corporaciones– para resolver problemas, mejorar la productividad y adoptar la innovación como práctica constante.
El Design Thinking gomenta valores como creatividad, trabajo en equipo y empatía.
¿Cómo se ejecuta un design thinking?
El proceso se divide en seis grandes fases:
1. Empatizar
Escuchar –sin juzgar– a los demás (alumnos, trabajadores, clientes, en fin) a fin de tomar nota de sus necesidades e inquietudes.
2. Definir
Se identifica con claridad si hay un problema, si se puede establecer una nueva meta, quizás una oportunidad de cambiar de rumbo, etcétera.
3. Idear
Aquí se lanzan propuestas de soluciones. En esta etapa se debe priorizar la creatividad y el respeto hacia las ideas ajenas. No hay idea mala.
4. Prototipo
Se desarrolla una posible solución para el problema o desafío identificado en pasos anteriores. Ojo, se debe tener claro que esta solución no es única y puede fallar.
5. Testeo
Se pone a prueba el prototipo en la vida real. ¿Se arregló el problema? ¿Se están logrando los objetivos? Si no funciona, se debe elaborar un nuevo prototipo.
6. Implementación
Si el prototipo responde y permite observar algunos resultados esperados, se procede a aplicarlo de manera definitiva.
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